El músico luxemburgués Francesco Tristano deslumbra con su virtuosismo en la RBMA, con jam sesion de 30 minutos junto a los alumnos de la Academia de regalo
En el penúltimo asalto de la Red Bull Music Academy encontramos un majestuoso piano de cola que preside el escenario escoltado por un sintetizador Roland a un lado y un Mini-Moog al otro. La sillas para el público se disponen en todos los puntos cardinales. El espacio Abierto por Obras del Matadero de Madrid comienza a llenarse de gente intentando coger el sitio más cercano a las tablas. Quien no lo conseguía prefería quedarse de pie para no perderse ni un detalle. Y en el ojo del huracán aparece un espigado muchacho de rebelde pelo rizado y con una bufanda verde al cuello. Él es Francesco Tristano, el señor de los teclados.
No voy a descubrir ahora a Francesco Tristano, ya os hablé de él hace más de un año, solo decir que su virtuosismo y su forma de sentir la música, porque créanme LO VIVE, dejaba absorto a todos los allí presentes. Tanto los que estaban sentados moviendo la cabeza como algunos de los que estaban de pie bailando dejándose llevar. El luxemburgués, capaz de unir a Bach con John Cage de la misma forma que hilvana repertorio clásico con himnos techno, hizo un repaso de su disco “Indiosynkracia”. Empezó con “Hello” en su versión más acústica para sumergirnos en su atmósfera. A partir de ahí hubo espacio para sonidos tenebrosos y claustrofóbicos como "Mambo", otros más melancólicos donde la emoción estaba a flor de piel al tocar “Nach Wasser Noch Erder”; y por supuesto momentos lúdicos divertidos y descorsetados con ese jazzy (incluso funky galáctico) que desprende “Eastern Market”.
Un
Dos
Tres
Entonces llegó algo que el público esperaba con ganas. Su versión clásica y depurada del mítico “Strings of life” de Derrick May. Digámoslo en inglés: Classic Detroit Techno meets Classical music. Y para terminar percusión con el piano.
Responda otra vez
Como habéis comprobado por el final del video anterior, a alguno le salieron cayos en las manos de aplaudir. No era para menos. Tristano saludaba al público como buen concertista que es (la arraigada educación clásica). Pero todavía quedaba una última sorpresa. En el escenario además de los tres teclados que manejaba el artista (Piano, Roland, Mini-Moog), había una guitarra y una mesa con laptops e instrumentos digitales para hacer música electrónica. Y a eso se le suma un saxofonista.
Eran los alumnos de la propia RBMA. Así que Exeter, Nehuen, Xxxy, Aenon y Pazes se unieron al pianista y comenzó una Jam sesion de unos 20 minutos. Primero tranquila con los chicos intentando afinar porque los nervios a alguno le traicionó en forma de leves cabalgadas y desincronizaciones. Cosas del directo. Pero al final todo comenzó a fluir y empezaron a hacer música de baile bajo la supervisión de Tristano que miraba satisfecho a sus jóvenes partenaieres.
"El colofón: todos juntos pero no revueltos"
Se acabó el show, aplausos, saludo y la sensación de haber asistido a un grandísimo recital. ¡BRAVO FRANCESCO!
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Fotos y videos: Electrónica & Roll
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Fotos y videos: Electrónica & Roll
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