A veces pienso y divago sobre qué quiere toda esa gente de la capital que se queja y lamenta que no exista una escena clubbing consistente, al menos con cierta calidad musical, que apueste por nombres que resulten innovadores y vanguardistas. Y entonces sigue sin entrarme en la cabeza que solo unas 150 personas en una ciudad como Madrid quieran ver y hacer el esfuerzo de asistir al directo enfocado a la música de club (y techno en particular) del pianista y compositor Francesco Tristano. En esta ocasión no será por falta de información. Hasta diversos medios de índole nacional le han dado bombo a la inauguración de Mockba pero….
Pero, sin embargo allí estábamos unos pocos, en comparación para la capacidad que tiene la sala Changó, a la que le han mejorado el sonido bastante. Todos esperábamos al pianista que hacía doblete -a primera hora de la noche estuvo en el Matadero- y ya sabíamos que su directo, perdón DIRECTO (en mayúsculas), comenzaría pasadas las tres de la madrugada. En cabina estaban los residentes Aivan Khadel y Aitor Gondo haciendo un largo warm-up yendo de más a menos. Ritmos deep para ir transformándose en algo más tech. El inciso se hizo sobre la profundidad más que sobre la contundencia. Asumieron su papel a la perfección, pero es que además el aspecto de la pista no daba para más.
En esas llegó Francesco Tristano. El delgado luxemburgués de rebelde pelo rizado subió al escenario donde tenía un sintetizador Moog y un teclado Motif XF 8 de Yamaha esperándole. Utilizando Ableton a modo de secuenciador y flanqueado por su técnico de sonido. Y comenzó un auténtico espectáculo donde el techno detroitiano más ecléctico se adueñó de la sala. Momentos musicales de todo tipo y condición. A veces rasgos clásicos, otras veces arábicos y orientales, ahora jazz, luego funk y clásicos de techno-detroit bajo su filtro (At Les o Strings of Life salieron escupidas por los dedos de Tristano) y gotitas de su Idiosynkrasia . Tuvo algún solo sin ningún tipo de bombo, que lejos de restar dinámica le daba un empujón más fuerte para un arreón final que supo a gloria a los presentes.
"Clase"
"Elegancia"
Cuando los residentes volvieron a ponerse a los platos para encarar la última hora de la noche -ahora sí, más contundentes y sabiendo leer el desarrollo musical- fue momento de volver a casa con la sensación de que solo unos pocos privilegiados (cuando no debería ser así) disfrutamos de un soberbio Francesco Tristano que se dejó la piel en su live. Quizá desde los medios especializados no sabemos llegar a los clubbers que se interesen por otras cosas que no sean siempre lo mismo.
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Fotos y vídeo: Electronica & Roll
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Fotos y vídeo: Electronica & Roll
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