El viernes tenemos nuestra fiesta aniversario pero lo mismo al salir nos da por irnos de parranda a la nueva edición de Post Club. Y como siempre se marcan desternillantes notas de prensa para anunciar a sus invitados. Nosotros la ponemos íntegra.
"El oráculo encargada de los bookings en Post Club ha vuelto a hablar. Semejante a la marmota Phil, pero más compleja y enrevesada, nuestra jineta es del todo inescrutable. Habla cuando le da la gana, y a diferencia del roedor secuestrado por Bill Murray no atiende a estaciones ni a climatologías. Cuando habla, habla. Y punto. El caso es que el otro día, nuestro equipo técnico -los dos monos titis que custodian la jaula del oráculo y lo colman de atenciones-, oyeron un inequívoco
graznido: “Phon.O”.
La jineta lo dejó claro: siempre gustó mucho del eclecticismo coherente de Phon.O. Para convencer al resto del aquelarre Post Club, nos juntó una tarde alrededor del fuego para contarnos su historia: Carsten Aermes era un dj y productor alemán que llevaba desde los años 90, cuando se inició con su amigo Apparat. De un tiempo a esta parte, Carsten dejó huella en los múltiples estilos que trabajaba laboriosamente y entre los que se incluían el techno dub, el techno minimalista para paladares finos y hasta el hip-hop. Últimamente, pudieron verle atacando sonoridades afines al Uk garage de nuevo cuño, estructuras en half-step, susurrantes vocales de divas negras, así como instrumentaciones prestadas del house, pero siempre con un reduccionismo imperante, y un tratamiento al sonido tan quirúrgico y preciso como solía cuando le daba al 4x4. Fue claramente este punto lo que más interesó a nuestra jineta. Todavía recordamos cuando se mesó la barbilla en claro rictus intelectual, y asintiendo con la cabeza dijo: “Esto es una inglesada muy teutona, tiene que venir”. Para cerrar la reunión, nos puso el último disco del alemán, Black Boulder, que Phon.O lo había publicado para el sello de los selectores de moda por antonomasia, 50 Weapons-Monkeytown. El resto es historia.
Phon.O será acompañado en cabina por Reka, dj madrileña refugiada en Berlín, que ha participado recientemente en ECO Festival y suele tocar con gente como Abdullah Rashim y cosas de esas.
Para esta ocasión, hasta hemos dejado salir del manicomio a dos de nuestros residentes: Luishock y Miki Milk. Dios nos pille confesados."
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