Así vivimos las jornadas de música electrónica celebradas la semana pasada
He dejado correr un par de días para analizar lo que ha dado de sí esa conferencia llamada Madrid Music Days que ha reunido a varios, que no a todos, actores de lo que se conoce como "industria" de la música electrónica, o como a mi me gusta llamarlo, la cultura de música electrónica. No he querido ponerme aporrear el teclado según llegaba a mi casa para poner por las nubes, o a caldo, lo vivido estando en caliente, que para eso están las redes sociales como Facebook y Twitter. Prefiero hablar desde la serenidad y la perspectiva.
Que Madrid Music Days ha podido tener fallos, sí. Que el mero hecho de ponernos todos cara a cara públicamente para comenzar un debate es, más que un acierto, una necesidad, también. Así que si hay que tener que valorar en términos absolutos la propuesta, entonces ésta ha sido positiva. Al menos es un primer paso para intentar encontrar vías comunicativas que ayuden a mejorar la escena. Si alguien iba con la sonrisa puesta y el cuchillo en la espalda (este es un mundo con muchos egos), es buen momento para empezar a sonreír menos y estrechar más manos de cara al futuro. En definitiva, es tiempo de unión y aparcar diferencias, aunque algunas parezcan insalvables, para remar en una dirección correcta que beneficie a todos: artistas, promotores, medios, agencias y sobre todo, público.
¿Cuál ha sido el principal error de Madrid Music Days? Pues que precisamente se ha centrado muy poco en la música. En la primera jornada, la monetización era lo principal. Se dejó de lado la fuente de esos ingresos, el motor por el que se mueve el negocio. Esto lo apuntó muy bien un periodista holandés en la ronda de preguntas de la primera conferencia llamada Business. El hombre se ha vuelto a su patria sin que nadie de los ponentes le contestara, porque allí todos hicieron mutis por el foro.
Alejandro Montoya de Mg Group fue el primero en abrir fuego hablando de la labor de un manager y un promotor, ya que ejerce de ambos en la empresa que ahora mismo puede considerarse "la dueña" de la noche electrónica madrileña. Charla interesante aunque sin profundizar (quizá por tiempo) con miras de agente de grandes artistas ya posicionados y siempre con el dinero entre ceja y ceja. Faltó alma, ya que dejó claros sus criterios por los que apostar por un artista: popularidad Social Media medida en Likes, Followers y reproducciones en Soundcloud. El tema de RRPP-Dj´s ni lo tocó, claro. El que iba sobrado de entusiasmo -y manejo de la puesta en escena- fue Borja Prieto (My Major Company) hablando sobre las posibilidades del crowdfunding o micro-mecenazgo. Fue el que mejor supo engatusar al respetable y explicar las bondades de este sistema de financiación, estando a años luz de la aburrida y muy poco didáctica ponencia del abogado Jon Andion. Hablar de contratos y de Derechos de propiedad intelectual hubiera sido más acertado, a mi me recordó a mis días de presentar prácticas de Derecho Administrativo con un tipo dando la chapa con media clase off. El resto, Álvaro Dominguez de Coca-Cola y Rafael Mendiri de Parlophone, hablaron de su libro y poco más. Hubo espantada a última hora de Yann Pissenem de Ushuaia. Los nervios.
Today fue mucho más estimulante. Un debate a cara de perro entre promotores, productoras de eventos, Asociaciones y agentes de artistas siempre resulta más ameno por la confrontación y puesta en común de diferentes visiones de la actualidad. Hubo cuatro posicionamientos claros y que llevaron la voz cantante. Por un lado un jacobino discurso de Viciente Pizcueta desde ProNoche, otro más enfocado al trabajo puro y duro dentro del sector para que la clase política nos respete por parte de Aitor González desde Oart Studios, un discurso ambiguo por parte de Pedro Serrano donde a veces lo pintaba todo negro y otras veces parecía que vivíamos en el país de la piruleta; y por último un Sergio Cardoso desde Era Producciones que fue el único que hizo autocrítica (no saber llegar al cliente y trato que deja que desear desde los propios club). El resto de participantes tuvieron aportaciones testimoniales ya que el debate giró en torno a estas cuatro figuras con Esther Ciudad haciendo de moderadora. Hubo momentos en los que se perdía el norte hablando sobre erradicar el botellón, el abusivo precio de los copas (aunque alguno crea que ragala coca-colas), quemar Asambleas y tal. A nivel musical hubo una idea muy interesante en la que no se profundizó y es en la desaparición de los dj´s de clase media en pos de superstars dj´s de cachés desorbitados. Nadie se acordó de apostar por dj´s nacionales en sus fiestas y potenciar la escena patria, salvo alguien dentro del público haciendo una analogía más que acertada con el reforzamiento de la escena británica en los oscuros días de la Tatcher. Es curioso que nadie en esta ponencia hablara sobre medios de comunicación como transmisor de cultura y educación, pero para eso ya había una ponencia sobre ellos.
Precisamente esa fue la más productiva. Celebrada en el Espacio Telefónica a primera hora de la tarde Joan S. Luna desde Mondo Sonoro explicaba como la música electrónica está en un momento pujante que en su publicación, predominantemente rockera e Indie cada vez tiene más peso. Gustavo Navedo desde Under News narró su trabajo como jefe de comunicación de grandes festivales de forma algo encorsetada por sus nervios pero con momentos espontáneos que quedaron grabados entre el público como ese "Bien o mal pagado, el underground es así". Daniel Verdú desde El País ofreció una de las charlas más didácticas del tratamiento de la música electrónica desde un medio generalista. Tomas Fernando Flores se marcó un speech épico y comprometido sin casarse con nadie. Lo mejor del día fue su intervención que generó debate a posteriori. Rafael de Siria explicó su trabajo como responsable de la comunicación del Grupo Pachá, quejándose del lado sensacionalista que busca el periodismo y dejando bien claro que si eres bloguero (sí, esa bisagra a la que no llega la prensa generalista y que da una vuelta de tuerca a la especializada) tendrás pocas posibilidades de conseguir acreditación para entrar en su garito ¡Hola Rafa!. Aitor Contreras como un hacha del Social Media habló de la escena desde un punto de vista del que lleva la comunicación en redes sociales de un artista. Esta última intervención fue muy aplaudida, a mi me dejó igual. Quizá es que uno ya se ha tragado demasiadas ponencias de este tipo de gurús del mundo digital. Me ocurrió lo mismo con la de Israel García, aunque reconozco que ambas fueron entretenidas porque esta gente sabe de marketing, ergo saben venderse.
Como he dicho, la intervención del director de Radio 3 fue la más polémica. Al trazar una línea de lo que él considera música electrónica como elemento cultural y de la que es necesario informar, y del mero producto saca-cuartos tipo Aoki y Guetta, que ni siquiera consideraba como música electrónica. Aquí salió a colación el tema de la financiación de medios privados, y es que esos productos artificiales con sus anunciantes y patrocinios, son los que pagan la fiesta del mantenimiento de algunas publicaciones. En definitiva, venderse o no venderse. También hubo la típica pregunta del criterio sobre qué es noticioso para un medio generalista.
Vía streaming vi la parte final de la charla de Digital. Ya he mencionado al encantador de serpientes (y no lo digo de forma despectiva) de un apocalíptico Israel García con una ponencia energética. Fue la mejor de esta ronda, y si no te inspiró para monetizar tu carrera o negocio, págale una consulta. El resto hablaron de su libro.
El segundo día por fin fue el momento de los artistas. Ed Is Dead habló de la forma de montar un estudio, sacarle rendimiento y cobrar por tus servicios. Todo demasiado obvio. Coyu dio un clinic sobre el mundo Suara y su estilo (de no tener estilo definido) a la hora de editar música como parte del éxito. Y sí, habló de gatos. Tras él ahí estuvieron Chus + Ceballos hicieron hincapié en encontrar un sonido propio y sus aventuras al otro lado del charco.
Uner fue el que realizó la charla más inspiradora. Habló sobre la improvisación y que cada uno haga las cosas como se sienta más a gusto, por encima de modas. En definitiva habló de personalidad de forma cercana y directa.
Su antítesis fue Paco Osuna, que defendió la constancia y el trabajo concienzudo por encima de todo. Muy sincero en toda su exposición recordando cuando cobró por primera vez por un bolo unas 4.000 pts. Habló de la importancia de tener distintos agentes para una carrera de corte internacional y el porqué de su seriedad en cabina. Un servidor no apostaba mucho por su ponencia y resultó una grata sorpresa.
Víctor Santana por su parte fue el único que ofreció música en directo. Una charla demasiado técnica que hizo desconectar a la mitad de la platea pero que en cuanto empezó a sacar sonido de sus cacharros, animó el cotarro. Desgraciadamente no hubo tiempo de ronda de preguntas y se pasó de inmediato a la segunda ponencia sobre diseño que me perdí.
Ya se ha confirmado que habrá otras jornadas del 7 al 10 de Mayo del próximo año, prometiendo más conferencias. Como primer intento no ha estado nada mal, solo el hecho de que por una vez se intente reunir a los que formamos esta escena, bien merece un aplauso. Se intentará acudir a la siguiente.
Y hay que hablar de un hecho que no se puede pasar por alto. El colofón de estas jornadas, fueron los Vicious Music Awards y desgraciadamente deslució todo lo logrado antes. Obviamente no entraré a valorar los premios, porque cada uno los da como quiere/puede. Sin embargo, me he enterado que a varios periodistas y bloggers tuvieron un trato discriminatorio en la celebración gala. A ciertos acreditados, algunos venían desde fuera de Madrid, les ubicaron en una sala contigua al lugar donde se realizó el acto y este fue retransmitido en una pantalla. Como si las comparencias de Rajoy en el plasma marcaran estilo.
Un servidor acudió a estos premios (in situ) tras varios rebotes puesto que no solicité acreditación, y todos esos compañeros enclaustrados podían haber presenciado la gala in situ porque había asientos libres a punta pala en la parte final del patio de butacas. Un trato con muy poco tacto que esperemos que mejoren para siguientes ediciones.
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