Crónica de la apertura de la sesión madrileña en su lugar de origen. Por Blac
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"La maltratada escena de club madrileña sigue adaptándose a los tiempos con las idas y venidas que van sucediendo año tras año debido a los diferentes escándalos que todo el mundo conoce y que a día de hoy muchos siguen impunes, pocas marcas y proyectos consiguen perdurar en el tiempo y en el recuerdo de los clubbers; y es ahí donde entra Deep. Una marca que hace cosa 16 años marcó el comienzo de algo especial en las noches madrileñas, el viernes pasado pude comprobar de primera mano que el sentimiento Deep sigue en Madrid. Y fue en Maxime -la sala donde originariamente comenzó esta relación en la capital- con el plus añadido de volver a bailar a los hermanos Garayalde, también conocidos como Kyodai.
Las expectativas eran altas, por las redes sociales se fue alimentando el hype que provocó la gran respuesta del público desde primera hora. Y sí, hubo que hacer cola durante un tiempo para poder acceder a la sala; mientras, aproveché para apretarme alguna que otra cervecita (de mahou, por supuesto) y de paso saludar a Clubbers veteranos que no querían perderse este regreso sonado. Una vez dentro pude comprobar de inmediato ese nuevo sonido que prometieron. Los zambombazos que sufrieron mis oídos durante toda la noche claman al cielo por una buena ecualización si no quieren hacer saltar por los aires las orejas de los allí presentes. Ya saben, eso de: "La potencia sin control no sirve de nada". Aún así, allí estábamos todos bailando al ritmo del 'Manic' de Azari & III; un auténtico hit pinchado por Afrobeat minutos antes del Live de Kyodai. Como la cosa estaba caliente me decidí a pedirme una copa, de primeras pedí Jack Daniel's pero tuve que recular rápidamente ya que la camarera me pedía 12€ (WTF!); para los curiosos, al final me decanté por un simple Passport de 9€... Así que con la cara de poker volví a la pista para ver la actuación de Kyodai.
Y ahí seguía yo con la cara de poker tras la primera hora de Kyodai; sorprendentemente, el dúo no consiguió dar con la tecla adecuada y eso se notó en la pista. Fueron momentos desconcertantes ya que todo sonaba muy Techno, muy monótono y demasiado contundente (esto último quizás por culpa del sonido), los parones entre canción y canción cortaban el ritmo y el rollo provocando cierto aburrimiento. Quizás por eso el técnico de sonido o luces se enfundó su máscara de Spiderman, verídico que yo lo vi. Eso sí, la media hora final la cosa se medio arregló gracias a las necesarias transiciones, a los temazos y a la permanente energía que desprenden Kyodai desde cabina. Destacar su remezcla al “These Times” de Jimpster, a su recién sacado del horno “Sound Of The Falls” y a esa joyita llamada “Music Rises Up” tan ideal para el cierre.
Pasaban las 4:30 de la madrugada y uno ya pensaba en la retirada, los ‘queaseres’ mandan y hay que ser cumplidor. En esos instantes de despedida ocurrió algo que llamó poderosamente mí atención. Entre aplausos, JL Magoya hizo aparición en cabina para comenzar su set. Fueron pocos segundos, apenas 5 o 6, pero fue un breve instante en el que se demuestra que Magoya representa la verdadera figura del residente, algo en verdadero peligro de extinción. Magoya es el auténtico abanderado del sentimiento Deep, y el único capaz de mantenerlo vivo. No pude quedarme a ese primer cierre de esta nueva era, pero seguro que se recordará como aquel de hace 16 años."
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