El evento de la RBMA Bass Camp que nos voló la cabeza a todos
Todo el mundo intrigado. El evento misterioso de la Red Bull Music Academy Bass Camp 2015 celebrado el pasado fin de semana adquiría más interés tras una noche anterior cargada de música Disco en el Casino de Madrid donde todo el mundo salió encantado por lugar, sonido, trabajo de artistas y organización. Así que los que estábamos esperando en la estación de Principe Pío no parábamos de hacer conjeturas, especialmente tras ver que Red Bull se puso a devolver el dinero de las entradas a aquellos que la compraron anticipadamente y que no se podía vender alcohol. El espacio tenía que ser público y extravagante, no cabía otra opción. Y fue mucho más que eso.
Al acceder a la céntrica estación y tras bajar las escaleras, nos encontrábamos en el vestíbulo con TALKTOME pinchando con el transporte público madrileño aún funcionando a sus espaldas. Sinceramente, poca gente estaba prestando atención a su set -más que correcto ya que el catalán tiraba de experiencia haciendo un warm-up cálido para ambientar y para bailar si era necesario- porque las preguntas y comentarios entre los presentes continuaban. Estaba claro que la propia estación no sería el lugar definitivo. Un hall sin baños, ni barras, ni publicidad de la bebida del toro. Impensable para las 300 y pico personas que estábamos allí reunidos. Una loca idea rondaba en el aire ¿Y si nos meten en un tren y es ahí mismo la fiesta?
Un tiro al palo. Sobre las 2 de la mañana, con el metro de Madrid fuera de servicio, bajamos a la línea circular y esperamos en el andén a la sorpresa. Un metro con sus lunas tintadas de azul oscuro y logos de la marca. Alboroto y algarabía del personal cuando al acceder había una iluminación de neón también azul, un montón de pequeños altavoces a lo largo de los vagones y con Pau Roca pinchando en la cabeza del metro. Desde nuestra posición se le veía a lo lejos y lamentablemente, a pesar del concepto tan molón, al de Bons Records le tocó bailar con la más fea por la cantidad de handicaps que no le hicieron lucir: poco tiempo para pinchar debido al trayecto, todo moviéndose dificultando su labor y un sonido, lógicamente, sin fuerza que era gaseosa en las partes traseras. Los más cercanos a él bailaban, el resto seguíamos alucinando con todo mientras íbamos dejando atrás estaciones.
Y finalmente, llegamos a Chamartín. Tras bajar unas escaleras mecánicas se descubrió el pastel. Los ánimos por las nubes. Del andén a la vía (que estaba asfaltada) y a entrar en uno de los túneles de las líneas antiguas de la ciudad. El señor Bell con su aka DBX estaba esperando a que todos buscáramos acomodo para comenzar su show con un equipo Funktion One que hizo retumbar el subsuelo madrileño.
Ya todo entraba en otra liga jamás vista antes por estos lares. Poco importaba que los allí presentes tuviéramos una sobredosis de taurina (los más previsores fueron con petaca). Nos daba igual que una leyenda como Daniel Bell estuviera con el modo ramplón encendido a la hora de la ejecución de sus magníficos temas y que el final de su directo fuera el corte súbito más seco que un servidor ha oído (se le notaba algo incómodo y no sabemos el por qué). Y nos resbalaba que su cambio con Matrixxman se prolongara sin música más de lo necesario. No había nadie que no disfrutara de esta aventura subterránea.
Hablando de Matrixxman, que era su primera vez en Madrid, el hombre estaba alucinando tanto o más que el público de a pie. Usaba palabras como crazy o insane para calificar lo que veía. El versátil americano hizo un set que se le puede calificar como el juego Pong. Iba de un lado a otro sin transición ninguna, no en cuanto a mezcla sino en cuanto a estilo. De Disco, a House, a ritmos rotos, a Techno bruto, a Dance noventero, a House de Chicago, a Dub, a sonidos raveros, el 'Blue Monday' y así sucesivamente. Divertido desde luego porque, salvando el momento New Order tras sorprender con 'Pump The Jam', su selección no fue facilona.
A las 5:30, y tras otro cierre súbito que se arregló con un tema extra, tuvimos que desalojar ese túnel y esa vía saliendo por el lado contrario que estaba en obras. Muchos gritando SÍ SE PUEDE en referencia a que en esta ciudad, en la que sus instituciones aprietan al ocio nocturno en general y al mundo electrónico en particular, es posible hacer cosas distintas que aún sorprendan; ya que ninguno de los presentes olvidará lo vivido.
Otra cosa es que se necesite una gran marca/multinacional detrás que tenga que hacer equilibrios imposibles con este Ayuntamiento, todo ello no exento de un gran desembolso económico para que, en este caso, tengamos la mejor acción publicitaria y promocional jamás vista en la electrónica madrileña. Si ese es el camino/paradoja para disfrutar de una experiencia "underground" de tal calibre, muchos se preguntarán que dónde hay que firmar para fichar a delanteros que metan semejantes goles por la escuadra. Mientras tanto, el resto debemos seguir construyendo en la medida de nuestras posibilidades; si nos dejan. Y si no, pues también.
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