Comentario de un servidor el pasado viernes 10 de julio a una hora indeterminada entre las 5:30 y 06:00 de la madrugada en Mondo Disko mientras Four Tet estaba entrando en la recta final de su set de unas cuatro horas de duración:
"Ha pinchado 'Enfants' de Villalobos, luego un tema melódico que suena a progressive-house estilo Pryda y ahora otro de Caribou/Daphni en menos de 20 minutos. Uno detrás de otro. ¡Lo de este tío es un locurote! ¡Coherencia ninguna, pero qué diversión!"
Creo que ese puede ser el mejor resumen de la noche del esperado paso de Four Tet por un club de la capital. Una cita que parecía una fecha difícil para Mondo con un artista que su buenos cuartos les habrá costado traerlo pero que venía una noche de jueves a mediados de julio (con todo lo que implica en Madrid) y al borde de un fin de semana en el que había una decena de festivales patrios a lo largo y ancho de la piel de toro. ¿Os hubierais imaginado un Mondo con todo un Kieran Hebden pinchando para cuatro gatos? Pues sí, ese miedo existía en el interior del que suscribe pero por fortuna la sala presentó un buen aspecto desde primeras horas y los temores se despejaron tras bajar las escaleras de la Sala Cocó.
Una de las cosas destacadas de la noche fue un Gerardo Niva comandando la cabina de Mondo en solitario. El residente ha eliminado la ecuación Borderline de Mondo, que precisamente era uno de los puntos que siempre estaba en permanente conflicto entre clubbers veteranos y nóveles, porque pocas veces se ha puesto tan en la picota casi de forma unánime los warm-ups de una sesión. La impresión que daba es que en solitario se le nota mucho más a gusto y relajado y que puede ofrecer algo más compacto y amoldarse mucho más al invitado de turno cuando le toque tales menesteres. No podemos entrar a valorar la sesión porque se llegó en la recta final pero para poder hacerse una idea sonaron producciones de Leon Vynehall como 'It´s Just (House of Dupree)' o el 'Diversion' de KiNK. Un final por todo lo alto dejando a las claras a Hebden que aquí tenía que tirar de baile o muerte.
Y el británico fue muy inteligente recogiendo el guante. No, no vimos al Four Tet experimental de tantas y tan variadas influencias. Optó por una intro arabesca marca de la casa, que fue lo más 'arriesgado' con lo que quiso jugar, pero notó que olía a sangre y fue directamente a morder a la herida. Eso sí, de una y mil formas porque en ningún momento se adaptó a ningún estilo en concreto.
Hay gente que puede pensar que se marcó un set como el excelso paso de Motor City Drum Ensemble por esta misma sesión pero nada más lejos de la realidad. En aquella ocasión el alemán ofreció una música variada tenía un patrón definido dentro del House y el Disco y desde ahí hacer excursiones a otros géneros. Te embaucaba. Hebden no fue tan fino en ese aspecto porque en ningún momento se le vio que partiera y volviera de una base troncal. Él solo se dedicó a poner temazos. Uno detrás de otro. A veces de forma más sútil, a veces con cambios abruptos. A veces haciendo hincapie en momentos más tribales y zapatilleros, otros más Disco, otros más melódicos y algún momento de relax con el ritmo roto donde su sentido de pertenencia a la escena bass británica le afloraba por un instante.
Mezcló con una mesa rotatoria E&S DJR400 y no utilizó los Technics en ningún momento, tan solo con los Pen-Drives dispuestos en tres CDJ. El uso de una mesa de faders rotatorios le influenció a la hora de conjugar los temas. Algunos al ser de estilos tan distintos y no estar pensados para mezclar era una ventaja a la hora de jugar con las subidas y bajadas en mezclas cortas y al pie. Más problemas le presentaban las mezclas largas donde la mayoría de las veces se le notaba la transición en exceso. Especialmente sangrante cuando metió 'Nuits Sonores' de Floating Points, que dió la impresión que entró a capón.
Lo bueno de Four Tet es que en sus archivos digitales puedes encontrar oro y si te abstraes de estos pequeños detalles técnicos, que solo freaks que se han pasado horas y horas delante de platos lo cazan, su sesión fue la mar de disfrutable porque fue la cara del artista en su modo más desenfadado.
Enfocó el set como un divertimento y el público lo entendió a la primera. Lo mismo sonaba 'Glassbeadgames' del propio Four Tet y Martyn que el 'Where Is The Love' de Betty Wright, o algo más zapatillero y lo encajaba con algo melódico y suave. Se lo pasaba bien y, lo más importante, el público no paraba de bailar al punto que en dos bajones a diferentes horas de la noche se llevó dos ovaciones improvisadas lo que indica que hubo conexión con los presentes. Su paso por Mondo fue un divertimento sin pies ni cabeza demostrando que es un culo de mal asiento para cualquier estilo. Si a eso le sumas sus pintas de nerd y te enteras que en este bolo en particular le acompañó su madre, lo que le hace ganar 100 puntos en entrañabilidad, es imposible no evaluar positivamente una noche perfecta para aparcar la razón y que nos quiten lo bailao.
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