Patrice Bäumel, sentimientos a través de la mezcla

Por Armando Gallego aka Blac

El pasado 15 de abril salió a la venta una nueva entrega de la prestigiosa serie de compilaciones Balance, en concreto, un nuevo capítulo de la sub-serie de la misma llamada Balance Presents, unas entregas que comenzaron allá por el 2013 con la intención de poner el foco de atención sobre los talentos emergentes del momento que en el futuro serían posibles protagonistas de la escena: Jozif fue el primero con una excelente entrega de consagración, le siguió un excelso Guy J que terminó de cautivar a los oídos más reticentes y continuaron Kölsch y Fur Coat con sendas entregas decepcionantes. Ahora le llega el turno al holandés Patrice Bäumel para demostrarle al mundo que su talento es merecedor de esta oportunidad. En la tarde de hace cinco días, Bäumel anunció en sus redes sociales el lanzamiento de esta su primera compilación con las siguientes palabras: "Dos meses de sangre, sudor y lágrimas pero ya está aquí, mi primera compilación mezclada oficial ha salido hoy". Una confesión donde se deduce el nivel de esfuerzo del artista por conseguir un trabajo a la altura de las circunstancias, por lograr la consagración, por alcanzar la satisfacción personal tras dos meses de una labor extenuante.


Patrice Bäumel puede sentirse orgulloso, su empeño y dedicación han dado lugar a un trabajo muy notable: la sensación final tras la primera escucha del disco es placentera, da haber escuchado algo especial, algo único. Son poco más de setenta minutos de mezcla donde el mensaje se transmite y la intención es clara: cautivar al oyente descubriéndole los diferentes sentimientos del autor para que así también empatice con ellos. El mencionado placer aumenta con nuevas escuchas, ya que estamos ante una sesión compleja y poco convencional. Desde el inicio esperanzador hasta el desenlace evocador, nuestro protagonista nos dice demasiadas cosas como para percibirlas en una única escucha; lo que se traduce en una sesión atemporal. Evitaré, en la medida de lo posible, entrar en detalles sobre el desarrollo del set porque creo que el descubrimiento y la sorpresa son capitales para disfrutar debidamente de él. Si comentaré que en el transcurso de la escucha uno puede alegrarse, entristecerse y emocionarse. Un combo de sensaciones obtenido gracias a una arriesgada y trabajada selección musical.

Con una selección de 25 tracks de diversos estilos, la sesión obtiene un resultado ecléctico de mucha calidad, transmitiendo una personalidad que Bäumel ha sabido plasmar extraordinariamente. La mezcla de todos los tracks está realizada con un minucioso trabajo de estudio donde, como resultado final, nos encontramos con un tracklist de 17 cortes. Patrice nos muestra complejas transiciones –de dos, tres o cuatro temas fusionados en una sola pieza– que crean escenas o momentos donde expresa: épica, esperanza, ira, ternura o incluso pasión –sí, pasión con roce incluido–. Algunas transiciones me parecen fantásticas, otras, se me antojan caprichosas sin llegar a desentonar demasiado. Es lo que tiene arriesgar, que no puedes convencer a todos los oídos.



Echando un vistazo a la contraportada, vemos que el tracklist contiene nombres como: Jon Hopkins, Nils Frahm, Throwing Snow, Minilogue, M83, Max Cooper, Kanding Ray, El_Txef_A, FKA Twigs, Guy J... Un formidable conjunto de artistas que prestigian esta entrega. Y por supuesto, Bäumel no podía faltar entre ellos. El de Ámsterdam aporta tres cortes exclusivos donde la remezcla al 'Bird 1' de Underworld se lleva la palma: una obra de nueve minutos y medio que suena en el ecuador de la sesión provocando uno de los momentos más destacados y épicos de todo el Balance.

El temporizador llega una vez más hasta el final y la sensación de placer continúa. Los sentimientos de Patrice Bäumel siguen ahí, en cada transición, esperando a ser escuchados una vez más. Lo has conseguido, Bäumel. ¡Aquél esfuerzo mereció la pena!

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