Light Continuum de Resonance, un álbum visceral y catártico

Melodías como luz liberadora


Light Continuum es el segundo álbum del productor canario Javier Pérez, conocido como Resonance, que vuelve a editar en El Hombre Bala tras el más que recomendable y disfrutable LP Skygaze que se publicó hace tres años. Estamos ante un disco donde la fuerza motora es la superación de una dificultad vital y en ese sentido este trabajo funciona a la perfección como un viaje emocional, visceral y catártico a través de melodías y vocales ensoñadoras en los siete cortes que componen esta magnífica obra.


Resonance es un hombre orquesta. Todo está tocado y supervisado por él. Sintetizadores, máquinas de ritmos, guitarras, programación, efectos y hasta las vocales. Él se lo guisa y él se lo come. Su propuesta tiene mucho de sinfonía moderna. Tan solo hay que atender a la bella apertura con el que arranca su epopeya sonora. 'The Dawn Breaking Crystals' ya de pistas de la rabia que intenta apaciguar con la música como vehículo. Un track que al principio es lúgubre y opresivo como un lloro sintético que poco a poco se transforma en una explosión de luz con ciertos ecos que recuerdan a Vangelis.

Acto seguido llega 'Light Continuum', el nombre que da título al disco y que es pieza clave para entender el sonido de Resonance. Un track que comienza alegre, con un ritmo roto y una melodía de metalófono que parece una nana relajante. La voz del chicharrero sirve de guía para de nuevo romper en otra pompa épica de sonidos amables y cálidos con un uso de guitarras y efectos que dan profundidad onírica bastante consistente.

La luz es brillo y en 'It Shines High' su foco se centra en la pista de baile. Ahora sí que estamos ante un 4x4 de manual con basslines robustas y juguetonas. Siguiendo una tradición que recuerda a sonoridades del sello Kompakt, y a Gui Boratto en particular, Resonance articula una pieza de las que se bailan con sonrisa en la cara. El contraste perfecto a 'Hushed' una pequeña pieza ambiental y etérea que da carpetazo a la cara A del vinilo.

Al dar la vuelta al 12" encontramos 'Metals Upon The Air' que es la producción más afilada y salvaje del álbum. Un marchoso tema technoide con cierto carácter mental donde se prescinde de vocales porque aquí se va a degüello. Un frenesí lleno de músculo y fibra que sin embargo no renuncia a ecos guitarreros y un uso muy soterrado de las vocales.


Los dos últimos cortes cambian el ritmo y el paso lo que puede llegar a despistar al oyente con lo mostrado anteriormente. Pero al contrario que las estructuras internas de los temas de la cara A donde toda va de menos a más en cuanto a intensidad, la cara B en general sigue el esquema contrario alcanzando calma y paz; redención y libertad. Completando la catarsis personal que significa esta obra para su artista. 'Exhausted But Don't Care' es una balada electrónica bastante original en el que se refleja la variedad de recursos y el imaginario sonoro del productor. Que completa su obra con 'Scape Anthem' en un alargado outro experimental de Ambient impolutamente celestial.

Puede que no sea perfecto y que no encontremos tanto equilibrio y virguerías estilísticas como en su anterior disco; pero Light Continuum es tan brutalmente sincero y hay tanta fuerza positiva puesta en él -transformando el dolor y la bilis en amor y colonia- que lo hace fascinante por lo que es imposible no acabar rendido ante tal terapia sonora.

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