Así vivimos el cierre de temporada de una de las fiestas revelación de la capital
El pasado 24 de junio se puso fin a la primera temporada de MetaCírculo, la apuesta de META para volver a traer sesiones de música electrónica en un lugar tan particular y emblemático como el Círculo de Bellas Artes. Un total de siete ediciones por las que han pasado grandes artistas internacionales como Nathan Fake, Legowelt, Colin Benders, Mr & Ms Jonson, Digital 21 o The/Das en formato LIVE y Clara 3000, Job Sifre, Neville Watson, Blade & Beard y Minor Science comandando la Sala de Columnas de este edificio del centro de la capital. Todo ello sin olvidar talento nacional y local como Eduardo De la Calle, JackWasFaster, Dos Attack, Yanik Park o Five Points. Unas citas que en su mayoría han colgado el cartel de sold out y que para su punto final la apuesta era de lo más ambiciosa.
Abrir en domingo dos salas con un cartel que no tendría nada que envidiar a un festival con nombres como Moscoman, Inga Mauer, Aleksi Perälä, ATA, y Benedikt Frey por nombrar a unos pocos es ir a por todas y confiar en la madurez clubbing del público madrileño que escapan del sota, caballo y rey. Pero nada más lejos de la realidad. La fiesta finalmente se realizó en la ya conicida Sala de Columnas con un evento de 12 horas de duración y la apuesta tan arriesgada no cuajó como uno podría esperar, sobre todo por parte de la organización. Sí, en términos de asistencia, hasta bien entrada la tarde-noche la sala no presentó mucho ambiente. Solo los más freaks estábamos allí. Por lo tanto en ningún momento se pasó agobios pero sí que se respiraba la sensación que estábamos ante una fiesta de las que se recuerdan por lo especial de la propuesta y por la música que se iba a repartir pero que hubiera merecido una mejor acogida por parte del respetable que en ningún momento llenó la sala.
Unas primeras horas en las que el francés Terence:Terry abrió con un house energético y de manual para los más madrugadores. Un set correcto que el siguiente invitado, el madrileño Álvaro Cabana, rebajó en bpm’s y en intenciones ya que el de Rotten City optó por sonidos más sugerentes. El relevo lo tomó el primer invitado internacional, el parisino Damon Jee que retomó el estilo de su compatriota.
ATA fue el punto de inflexión. El afable responsable del club Robert Johnson no solo derrochó carisma y diversión en cabina sino una clase tremenda con sonidos cálidos y eléctricos que calaron entre los presentes arrancando los primeros bailes desenfadados y una sala que iba tomando color. Todo ello sin ninguna estridencia y a fuego lento para ir subiendo en intensidad poco a poco, cómo se cocinan las buenas sesiones. El alemán confesó que se quedó con ganas de más y que no le hubiera importado poner música un par de horas más. Al resto tampoco.
El primer directo de la noche vino de la mano de Damian Schwartz y el madrileño no decepcionó con una hora en la que navegó entre el house y el techno con algún que otro pasaje ácido. Muy clásico y sólida la actuación del de A Harmless Deed, especialmente incisivo cuando dejaba ver su lado más Epiphany.
Benedikt Frey era uno de los que se estrenaba por primera vez en Madrid y el alemán fue fiel a su estilo ecléctico donde cualquier cosa puede sonar desde una intro oscura y tétrica hasta una selección de disco y funk llena de personalidad sin olvidar un house lleno de elegancia o un techno de bajas pulsaciones. Y todo eso reponiendose de unos desequilibrios iniciales en el sonido con respecto al directo de Schwartz. Frey, al igual que ATA, es de los que se disfruta mucho más en sets largos donde pueda desarrollar un discurso y no comprimirlo al máximo. Destacamos este momento 'Fever'.
Si la elegancia vino de la mano del alemán, la locura y el derroche llegó bajo la batuta del finlandés Aleksi Perälä, otro que se estrenaba por primera vez en la capital. El killer de la noche donde incluso se atrevió a meter ritmos rotos. Un directo de lo más versátil y realmente sorprendente porque no dejó títere con cabeza. El único pero fue la pobre puesta en escena del directo del artista armado tan solo con un laptop y una especie de beatstep.
Con la noche ya cerrada MetaCíruclo se convirtió en una especie de rave a la que una Inga Mauer le dio continuidad ofreciendo el set más oscuro y serio de este cierre. Correctisimo set de la única figura femenina en el cartel. Sacó músculo y los allí congregados lo disfrutaron. Por último, Moscoman abrió su set con un clásico como el 'Passion' de Gat Decor para retomar la sendera housera y su particular sonido étnico pero las fuerzas ya empezaban a flaquear y poco a poco la sala se fue vaciando de nuevo.
Lo que finalmente queda es que MetaCírculo ha sido un soplo de aire fresco en estos últimos meses en Madrid. El poder de la voluntad por intentar ofrecer algo diferente, o al menos más rebuscado, es intachable y esperemos que después del verano podamos continuar disfrutando de propuestas así dirigidas a un público adulto.
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