Una vez publicado nuestro Top 10 Nacional es el momento de mirar lo que ha dado de sí la cosecha internacional que ha sido rica y variada. Hemos elegido un Top 10 para no hacerlo muy extenso porque cuando abrimos el abanico más allá de nuestras fronteras se podría hacer un TOP 20 fácilmente.
Ya avisamos que hay grandes ausencias como las de Caroline Polachek que ha estado en todos los listados, nos ha costado dejar fuera propuestas como las de Forest Swords, Roisin Murphy, Bored Lord, Romy, Kelela u Oneothrix Point Never (sorprendentemente no hemos incluido nada de Warp). Tampoco el regreso de clásicos como The Chemical Brothers o Depeche Mode. Todos ellos podrían haber formado parte de un listado que ha quedado así. ¡Feliz Año Nuevo! ¡Y que 2024 venga con mucho más musicón!
10- Sofia Kourtesis- Madres [Ninja Tune]
Desde su primer EP en Studio Barnhus hemos seguido con atención la evolución de la peruana afincada en Berlín que este año ha dado un paso de gigante con un álbum debut que emana esperanza, agradecimiento, vitalidad y cierto punto reivindicativo. Madres es una obra que transmite una atmósfera radiante en una concepción especial y personal de la electrónica de baile.
Si queremos reducir el segundo trabajo en largo de Kevin McAuley a una colección de bangers de los que te hacen abrir el Shazam, no estaríamos mintiendo. Changing Channels es básicamente eso. Pero está realizado de una manera tan perfecta que es imposible no destacarlo. Sí, es música de club funcional pero no complaciente transitando en el house, el techno y la bass music en una celebración por y para el baile con una ejecución excelsa.
El álbum debut de Ciel nace como efecto colateral de la pandemia. Homesick es una respuesta musical frente a la animadversión que notó hacia China, su país de origen, reforzando su identidad. Una poderosa y atractiva mezcla de instrumentos tradicionales chinos, experimentación con grabaciones de campo y una exploración de diferentes estilos desde lo más deconstruido y denso a lo más bailable. Un equilibrio muy bien conseguido entre lo mental y lo físico con texturas y melodías envolventes. Odio transformado en amor.
La carrera como DJ y productora de Avalon Emerson destaca por saber mezclar lo familiar y lo desconocido de manera brillante. Para su estreno en largo da un giro de 180º con un disco de pop electrónico en el que la de Arizona nos habla de su vida y sentimientos como artista. Canciones radiantes en una primera mitad indie-rock más convencional y una segunda parte más electrónica. Producciones cuidadas y un sonido amable y ligero. Nadie lo vio venir y quien no arriesga, no gana.
Los hermanos Russell tenían entre manos uno de los lanzamientos del año. Una carrera cimentada dentro del underground para dar un salto mortal en su álbum debut apostando un sonido accesible que demanda el mercado. Su fuerza percusiva se esparce de manera más minimalista y apuestan por ganchos vocales. En cierta medida es una entrada al mundo más mainstream saliendo airosos en el intento. Además, dejan algún himno pistero como ‘So U Kno’.
El cuarto álbum de Loraine James (tercero en Hyperdub) es una concatenación de referencias musicales de su adolescencia con filtro variado donde el IDM, glitch, el ambient y la música de club deconstruida marcan la pauta. Un disco inusual del que emana interpretaciones sensibles y cierto poso reflexivo en una obra que busca encontrar la felicidad en lo cotidiano en 16 cortes que atrapan y que cuentan con colaboraciones como las de Marina Herlop, Eden Samara, George Riley, Corey Mastrangelo y Contour subiendo el nivel de la propuesta.
Folamour se ha propuesto celebrar la vida. El amor y la libertad como dos pilares para sustentar un hedonismo musical en el que el francés se ha desatado con un colorido cuarto álbum. Posicionado como una gran figura internacional del house entrega un disco que profundiza en un espíritu muy humanista. Aceptación y encontrar una paz interior con nosotros mismos disfrutando de nuestra gente alrededor. Traslada un mensaje positivo a través de un house clásico con ecos urbanos, soul y jazz. Intenso pero divertido. Y las colaboraciones que encontramos multiplican ese efecto.
El sueco es el gran tapado del año y un artista que pronto se convertirá de culto, si no lo es ya. Su segundo álbum es una obra de arte del dub y el techno más profundo, introspectivo y emocional. Rico en texturas y capas que te invitan a evadirte con unos ritmos dinámicos. Nos transmite una historia de amor que no sale bien con el mensaje de que siempre merece la pena intentarlo. Momentos eufóricos y otros más melancólicos en 9 temas que tienen un sonido con reminiscencias de Traumprinz. Palabras mayores. Electrónica de baile que eriza la piel.
Por forma y fondo el segundo álbum de Jayda G merece estar entre lo mejor del año. Un disco en el que a través de una combinación de sus raíces House, Disco, RnB y Soul construye un discurso que por un lado es un homenaje a su padre fallecido y por otro desmonta el sueño americano a través de la vida de este. La canadiense entrega una obra emotiva y a tumba abierta sin caer en la blandenguería con 13 temas que suben el nivel de su carrera artística.
Estaba cantado que para nosotros James Holden iba a copar este top. El de Exeter lleva más de una década huyendo de sonidos de club apostando por excelentes experimentos electrónicos de folk y jazz. En su cuarto álbum pone su atención en alcanzar el trance con la música de las raves que escuchaba a través de una radio pirata en su adolescencia. Algo que le ha hecho volver a ritmos más bailables pero sin perder el toque orgánico adquirido en estos últimos años. Ha regresado como el chamán electrónico que es. Quiere hacer volar tu imaginación y llevarte a otros mundos. Lo consigue con solvencia.
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