Pulpo Fiction, cálidas historias sonoras de MLiR en Studio Barnhus

El álbum debut de la dupla Marco Gegenheimer y Einar Christoffersson es un imaginativo pastiche de estilos plagado de destacadas colaboraciones



Quentin Tarantino asombró al mundo en 1994 con Pulp Fiction, un film dividido en diversos capítulos entre sí, no necesariamente en orden cronológico, con personajes que a veces se interrelacionaban en algunos dando una especie de pegamento a historias independientes. Algo así, pero a nivel sonoro, es lo que ha hecho la formación MLiR (Modern Life is Rubbish), el dúo compuesto por Marco Gegenheimer como cara más visible y Einar Christoffersson en su regreso a Studio Barnhus por la puerta grande. Un álbum debut llamado Pulpo Fiction que parece una guiño al film de ingeniosos diálogos que nos enseñó a no chuparnos las pollas todavía. 

MLiR ya sabe lo que es dar en la diana con dos lanzamientos previos en la etiqueta escandinava, especialmente recordado su excelso Swedish Lo-Life de 2016. En Pulpo Fiction su imaginario sonoro se expande muchísimo más a través de los 12 cortes que componen el LP que transitan por diferentes estilos de manera muy orgánica pasando del downtempo al house y saltar al synthpop o la world music. Diversidad que encaja dentro de un equilibrio entre diferentes coordenadas y polaridades. Ahí reside el ingenio de este álbum vibrante donde tiene hay un elemento atemporal que lo hace extremadamente familiar. 

Su escucha es agradable y revela diferentes aristas, desde lo contemplativo hasta lo más bailable. La propuesta se redondea con suculentas colaboraciones que enriquecen aún más el discurso y ahí tenemos nombres como los de Nah Eeto, Arnau Obiols, Kamohelo, Cosmina Olu, Oliver Grimball y Janne Tavi que aportan más valor al conjunto. 

Son doce producciones en las que su pegamento es una profunda calidez que se nota desde el primer instante. Ahí tenemos 'Anemona' que sirve como introducción bien bailonga para que acto seguido 'Panderdancer' nos lleve a un sonido discoide cósmico. 'Mega Zaper' da un reposo antes de encontrarnos con 'Leili' un sofisticado ejercicio de deep-house que bebe del jazz mientras que 'Milo' parece llevarnos a lugares caribeños sin perder fuerza e ímpetu electrónico. El sonido tribal y ácido de 'Xummiemu' da paso a otro momento contemplativo plagado de soul en 'Wild Child Meadows' para retomar la senda del baile con un house elegante en 'Uh-Oh!'; uno de los temas predilectos del que suscribe. 

El viaje por estas historias aparentemente inconexas continúa con más house de alto standing gancho vocal africano en 'Utado' a lo que se suma otra muestra más chill con 'Curry Wurst Collab' que parece una especie de interludio como podría ser 'Heavenly Pills' pero antes de ello está la efevescente '¡Sally está loca!' para dar otro impulso bailable al LP. 

Para seguir moviendo el esqueleto tenemos la inmersiva 'Dolphin Lundgren' que es la segunda colaboración con Kamohelo en el disco y es otro de los cortes que más potencial tiene. En esta recta final con 'Soul Ego Spacesuit' y 'Perroflautas' se abraza definitivamente el hedonismo y el baile sin cortapisas para tener un cierre algo más calmado con 'Higher, Better, Faster, Stronger'. 

Un disco muy disfrutón y dinámico que se escucha del tirón con cortes que son herramientas muy interesantes a la hora de pinchar. La calidez que desprende es lo que necesitamos en este otoño. 

Así suena: 

Comentarios