¿Cómo empezar una crónica de una experiencia que llevas 7 años esperando? Sencillo, por el principio. Los cierres de Ibiza es el colofón que todo clubber quiere/debería vivir. El ambiente de la isla blanca es algo incomparable. Las reglas del juego que cada uno tiene adquiridas por su lugar de origen se rompen. Se respira libertad que no libertinaje (aunque mucha gente entienda lo contrario). Musicalmente los artistas dan lo mejor de si, Ibiza motiva al Dj y eso se nota en cuanto a la calidad y esfuerzo. Ninguno pone el piloto automático a la hora de ofrecer un viaje sonoro y sensorial. Han pasado casi tres semanas desde que se produjeron los cierres ibicencos de Space y Cocoon. Una vez bien digeridos y reflexionados es el momento de examinar lo que dieron de sí.
Space fue la primera en despedir el verano del 2009. La fecha fue el domingo 27 de septiembre, normalmente su cierre suele ser el primer fin de semana de octubre. El adelanto del evento supuso dos cosas: La primera es que se juntaron dos fiestas míticas de la sala en un solo día, al cierre de temporada hubo que sumar el cierre de las fiestas “we love…” (Imaginad el cartel de primeras espadas que podemos encontrarnos). La segunda es que el adelanto de fechas me permitió asistir al cierre de Cocoon Ibiza al día siguiente, pero eso es ya otra historia.
Flyer Space
Centrándonos en Space, una vez con las entradas anticipadas en la mano, a las 5 de la tarde se inició el perenigraje hacía el templo con un cielo que acechaba lluvia. Una vez llegamos a la entrada había un destacamento de la Guardia Civil en el parking de la propia sala lo que me parece una medida acertada de cara a todos aquellos que conducen en condiciones irresponsables. Ya en la cola comenzaron a caer las primeras gotas de agua y los porteros con buenos modales y muy correctos, algo que es de agradecer, indicaban por donde entrar más rápido para aligerar el acceso.
"El line-up, se echaba de menos una indicación de horarios"
Y una vez dentro, tocó hacer un reconocimiento de las instalaciones. Lo primero a destacar es algo que quizá repita a lo largo de este reportaje: ¡¡¡QUÉ SONIDO!!! Jamás había estado en un lugar donde daba igual donde te pusieras. El sonido era potente y nítido en cualquier zona de la sala en la que te encontraras. Y hablando de salas, 7 zonas donde disfrutar de música electrónica: En el parking trasero se encontraba el “fightclub arena”, un escenario al aire libre como si de un gran festival se tratase. De los artistas que vi en esta zona me quedo sin lugar a dudas con el poderoso live que ofreció el israelí Guy Gerber. Un techno melódico y contundente apoyado con unos visuales de escándalo. Sonaron, bajo una lluvia cada vez más intensa, sus hits "belly dancing" y "timing". El encargado de cerrar la zona fue Steve Lawer con un house oscuro aderezado con algo de tech que hizo las delicias de más de uno. Sobre la 1 de la madrugada "el club de la lucha" se despedía con un público entregado y empapado a pesar de los chubasqueros facilitados por la organización. Momento de refugiarse en otra sala.
"Guy Gerber nos introduce en Matrix"
"Space discoteca area" es, por así decirlo, la zona principal de Space. Entramos cuando estaba el gran Chris Liebing. El alemán fue fiel a si mismo. Contundencia y energía. Es el mejor resumen que puedo hacer de su set. Techno 100% sin concesiones de cara a la galería. Y es que el increíble sonido de dicha zona invita a ello. La música envuelve todo tu cuerpo. Tras el alemán sonriente, el siguiente que disfruté en este lugar fue otro germano del que tenía muchas referencias como productor pero que nunca había visto en directo. Estoy hablando de Martin Buttrich. En principio me descolocó este horario ya que la contundencia de Liebing es la contraposición a la suavidad del techno de las producciones y remixes de Buttrich. Pero cuál fue mi sorpresa al comprobar que el live del bueno de Martin no sólo era elegante, suave y dinámico sino que todo eso lo conjugaba con unos bombos pesados y fuertes que hacían continuar la estela del artista anterior. Si me tengo que quedar con un triunfador de la noche, desde luego ese fue Martín Buttrich: elegancia y consistencia.
"Un poco de refresco"
Cuando se puso a los mandos Jeff Mills (maestro al que tengo muy visto) fue la oportunidad de seguir visitando el complejo. En la zona “Space terraza Arena” bailé la música ecléctica y desenfadada de los 2Many dj´s y aluciné con el house de Paul Woolford. El sonido banging hizo acto de presencia, sensualidad y alegría con graves marcados y voces sugerentes. Dí una vuelta por distintas zonas pero la lluvia hacía una estancia incómoda en muchas de ellas. En alguna se pudo oír alguna comercialidad fuera de lugar lo que me obligó a volver a la sala principal donde James Zabiela comenzó con sonidos frenéticos y ácidos. Regresé a la zona donde había dejado a Woolford pero estaba Miss Kittin y su gesto hierático (ha pasado de coger el micro y cantar a ser una estatua) con un electro bastante soso, aburrido y facilón. Consecuencia: ir a disfrutar del cierre de Zabiela.
"James disfruta, nosotros disfrutamos"
Lo más bonito que había escuchado sobre el de Southampton es que es un "duerme-cabras" por sus ritmos entrecortados para crear atmósferas que nunca llegan a romper. Sin embargo, lo que estaba escuchando a eso de las 5 y media de la mañana me decía lo contrario. Gente entregadísima que no paraba de bailar una música con subidas, bajadas, melodías cuidadas y envolventes, bajos duros, bombos marcados ... una montaña rusa de sensanciones sonoras. Muchos trepaban por la pared de cabina para estrechar la mano del inglés. Y entonces, a falta de 20 minutos del final, la atmósfera y el breakbeat apareció en escena. Es de halagar el esfuerzo y empeño del artista en crear algo distinto dejando su huella personal, pero en mi opinión el momento fue inadecuado. La pista bajó las revoluciones y el movimiento era cansino por el desgaste de tantas horas de baile acumuladas en el cuerpo. Aún asi el dj de melena rubia con las luces encendidas plantó su versión del "Enjoy the silence" de Depeche Mode produciendo un momento mágico que ninguno de los presentes olvidará. Zabiela mostró la pantalla de su Mac al público con la palabra "Thank you", hizo que toda la pista se arrejuntara para una foto de familia y soltó un último tema sampleando ese Thank you. Una vez que dejó de sonar la música a las 7 en punto de la mañana el cierre de Space se había consumado. Fuera esperaba la gota fría y una vuelta al apartamento pasada por agua.
Comentarios
Toma rima!
Un saludo!