Que vaya por delante que E&R, como medio con la libertad e independencia total alejada de intereses de anunciantes y la tiranía de los likes (vamos, que escribimos lo que queremos, cuando queremos y como queremos intentando seguir un criterio honesto para/con nosotros mismos y nuestros lectores), siempre hemos estado apoyando en menor o mayor medida iniciativas como Madrid Music Days. Desde el primer momento siempre nos mostramos abiertos a colaborar con movimientos que supongan unir y estrechar lazos en una "industria" fragmentada, donde cada uno hace la guerra por su cuenta y la hipocresía y falsas palmaditas en la espalda son ley mientras uno pueda sacar réditos. Por eso, cuando una redactora de Vicious contactó con nosotros para acudir a una reunión de trabajo previo para enfocar este evento no dudamos en perder todo un viernes por la tarde para aportar opinión y sugerencias de forma desinteresada a esta iniciativa que tiene un potencial tremendo para que ponga a Madrid, nuestra ciudad y una capital europea que no vive sus mejores momentos, en el sitio que se merece. Desgraciadamente no ha sido así. Y da rabia.
Los motivos para este semi-fracaso, sin entrar en un Ayuntamiento que no quiere escuchar, ni en el nulo civismo de la gente dando la ecuación perfecta por la que los Showcases de tarde se suspendieron, puede ser la desmesurada ambición para una primera edición y querer sacar tajada de ello. Y así pasa, quién mucho abarca, poco aprieta. Conocemos a personas que han formado parte de la organización y aman la música electrónica por encima de todo, y sabemos que se han dejado los cuernos en esto. Por eso apena la imagen que ha quedado del evento, que sin ser mala de cara hacia fuera, sí que ha quedado algo deslucida para los que estamos dentro del meollo y vivimos esto de otra forma. ¿Estamos preparados para lo que pretende ofrecer Madrid Music Days?
El éxito de la edición piloto de diciembre fue la improvisación. Una propuesta pequeña, para pocos y con acceso gratuito. Todo fluyó por parte de todos, a pesar de algún fallo (el más evidente fue hacer hincapié en el negocio que en el motor del negocio: la música), y quizá por ahí debía haber ido esta primera edición. Esto se llama Madrid Music Days, primero vamos a centrarnos en nuestra escena local y alrededores (en toda, incluyendo a la siempre crítica contra-escena), ampliando a artistas que suelen visitarnos, y cuando seamos fuertes aquí, ya habrá tiempo de diversificar con Ibiza, EDM´S y similares buscando el negocio puro y duro en futuras ediciones. Vamos a empezar a construir desde los cimientos, luego pintaremos de verde el techo y ampliaremos el jardín. Lo que es hoy y representa ADE no se construyó en dos días, sino en 20 años. Porque al final nos quedamos con un sabor agridulce, en plan que se ha hecho entre los cuatro de siempre para repartir el pastel entre los de siempre, elevando un evento que debería ser un ágora de la escena en un acto promocional más. Que sí, que nadie da duros a pesetas, y menos si se pone pasta, pero ha faltado lubricación en el fondo del asunto. Precisamente esa lubricación ha venido del que ha pagado su entrada (o del acreditado) en las rondas de preguntas.
Otra cosa son las formas, que a pesar de algún incidente con algún ponente, ha sido excepcional. Todo el tema de protocolo e infraestructura ha sido más que competente y hacer las ponencias en el COAM y Espacio Telefónica todo un acierto. Y ahí si que hay que alabar sin paliativos el trabajo del equipo de Madrid Music Days. Me hubiera gustado asistir a MMD University, porque acercar la electrónica al entorno estudiantil es algo que siempre me ha fascinado, pero uno no es dios.
Un servidor se va más que satisfecho con ponencias como las de comunicación, tanto las generalistas como las especializadas. Las masterclass estuvieron muy bien y disfrutar de cracks internacionales como Marcus Barnes es todo un lujo.
Si hablamos de Showcases, acudimos a algunos y en otros fuimos participes directos, nos quedamos con los cojones que le echan Victor Santana y su gente de Chaval Records. En Siroco cumplieron con las expectativas y Architectural dejó un set de buen techno que encandilo a los presentes.
El jueves comprobamos como el neo-trance no esta muerto ni mucho menos. Ioan Gamboa presentó su disco Vibrations y es una pena que un talento melódico como él tenga que buscarse las habichuelas fuera de aquí. ¿Te gusta el sonido Border Community de antaño? Abre tus orejas a este artistas.
También fue una suerte poder disfrutar del directo de Reykjavik 606, aunque el sonido de Café La Palma desgraciadamente no acompañara. La propuesta de Kino Internacional y Borja Piñeiro tiene arrestos para triunfar en festivales avanzados. Aviso para promotores.
El sábado estuvimos en la Jam Session de vinilos de Alma Soul Music. Como también pusimos unos discos, E&R no puede ser juez y parte (no sería ético opinar), solo diremos que fue un placer ver una especie de T5 de Barajas de tantas maletas.
Por lo demás, esperemos que Madrid Music Days continúe adelante y desde aquí aunque parezca que nos hemos cebado os animamos a ello, porque, a pesar de que parezca que existe un vicio en el origen; reunir a la escena, o parte de ella, siempre será mejor a que cada uno siga con su guerra por cuenta propia (opción también respetable). Aparquemos diferencias y construyamos, que esto no se quede en un quiero y no puedo; pero ¿quién está dispuesto a poner el contador a cero de verdad en pos de un bien mayor para TODOS?
Comentarios
Gracias por ello de antemano.
Aitor González (Director de Madrid Music Days)
Siempre desde el ánimo de ser constructivos y sumar en lugar de restar. Todo para que la música electrónica en Madrid, y por ende, en el resto de territorio nacional, tenga la presencia y el respeto que se merece.
Un cordial saludo.