House más allá de las estrellas

Andy Hart se coronó en la segunda cita de Sagan Club

Si los clubs pequeños tienen un encanto especial es porque todo sucede en familia con total naturalidad. Los artistas, siendo la piedra angular del evento, son uno más del público mientras esperan su turno para pinchar. Sin posturas de divos. No están en backstage turbios aguardándose de las personas que han pagado un precio para bailar su música. Pululan por la sala tan tranquilamente; ya sea en la barra, en la pista o en el baño como todo hijo de vecino. Estas cosas que parecen una tontería, sirven y mucho, para que el invitado de turno respire el ambiente y se involucre en la atmósfera de la fiesta para que haya una comunión total con el público. Y eso mismo ocurrió el pasado sábado en Siroco en una nueva cita de Sagan Club con un Andy Hart que ejerció un papel primoroso a la hora de conectar con los presentes.


El australiano recalaba por primera vez en Madrid. Para quien no lo conozca es el responsable del sello Voyage Recordings y en su mudanza a Berlín ha coincidido en tiempo con jóvenes valores que están renovando la escena deep-house clásica a base de mucho sonido soul y jazz como Max Graef o el también aussie Francis Inferno Orchestra, y no es coincidencia que ésto venga desde otro continente. Sí, su música es House de tomo y lomo pero su aire retro buscando el sampleado jazzy, soul y hasta hip-hop tiene un punto fresco, divertido y auténtico.

Conociendo el trabajo como productor de Hart, uno puede intuir cómo puede desarrollar su set. Pero cuando tienes la oportunidad de poder intercambiar unas palabras con él -otra ventaja de un club pequeño- y una de las cosas que te dice es que a la hora de pinchar no le gusta buscar toda su música en una pantallita (en clara referencia al uso de laptops y usb´s) porque para él es una pérdida de feeling con el público (evitando dar la impresión como si estuvieras a otra cosa), sabes que vas a asistir una actuación con implicación al 100%.


Los siempre eficientes Defence of Excess (el combo formado por Hyman Bass y Manu Costela) como responsables de la fiesta se turnaban en cabina para calentar la pista con el ADN musical que quieren imponer a esta sesión trimestral. House en su amplitud con especial ensañamiento en su lado más deep combinándolo con pinceladas Disco y Funk. El propio nombre y su infografía incitan a la búsqueda de una propuesta cósmica basado en el baile. Y ambos cumplieron lo que prometían. Forjando una personalidad tanto para los amantes del House como para la gente que se dejaba caer por allí por accidente. Música apta para el disfrute de todos los públicos.

Con la sala en plena ebullición (es muy difícil pasar una noche desangelada en Siroco), le llegó el turno a Hart para desarrollar un set de tres horas. La cabina olía a vieja escuela con hasta cuatro maletas de vinilos y un par de carpetas de CD´s. Y las buenas sensaciones que destilaba el australiano se convirtieron en realidad. Mucha actitud y con una facilidad pasamosa para que todo fluyera. Tributo a las raíces del género, pellizcos tribales, aura clásica y mucho groove. El resultado fue que nadie paraba de pasarlo bien. No había un alma allí presente que no bailara. Si Sagan Club propone House cósmico, Andy Hart dispuso una energía que iba más allá de las estrellas.

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