MBC Fest 2015, la crónica

Promesas de un futuro mejor

Un festival primerizo siempre tiene cosas que pulir para consolidarse. Es muy difícil atinar y contentar a todos en una primera edición cuando se trata de un evento a gran escala con un horario de cuatro de la tarde a ocho de la mañana durante tres días. MBC Fest tenía en SanSan Festival a su más inmediato competidor por fecha y zona de influencia aunque sobre el papel el primero se presentaba como la gran (y más interesante y adulta) alternativa para seguidores del Indie-Pop, sobre todo en el apartado de grupos internacionales, y la electrónica desenfadada para los que no son muy duchos en estas lides. Sin olvidar un hueco para los que buscan algo con más sustancia para los amantes del género (en este grupo nos encuadramos). Por no hablar de su apuesta por espectáculos de danza, debates y ponencias con profesionales de la industria y puestos de Street Food para que nadie se quede con hambre. Sin embargo, el festival de Gandía es consciente de lo que es y lo abraza sin complejos: Indie puro y duro con electrónica justa y facilona (otra cosa es que te guste su propuesta). En el festival de Sagunto parece que han dado bandazos, con la sensación de desubicación total, y la gran damnificada ha sido la música de club que al final no es que fuera un actor secundario, sino un mero figurante para rellenar. Cuando para una web que se dedica prácticamente al 100% a la música electrónica lo más destacable fue el concierto de Future Islands, que estuvieron espléndidos teniendo conexión total con el público presente, es que algo ha fallado.


En su descargo hay que decir que la organización (siempre atenta y presta con los medios) ha tenido que lidiar con líos con el recinto a dos semanas de la realización del evento, con la inseguridad que eso puede crear. Pero cancelar a Levon Vincent, sin decir esta boca es mía, mina la moral del clubber y que Yuksek, primer espada electrónico de la primera jornada, se caiga del cartel resta las ganas de asistir el primer viernes. Tener dos (y por momentos hasta tres escenarios) en los que se van rotando las actuaciones esta muy bien para que no se solapen grupos y Dj´s. Pero si vas a hacer eso tienes que presentar unos horarios con una coherencia escrupulosa porque no hay escape. Y había momentos en que era más interesante investigar que se cocía por los puestos de comida que el concierto de turno.

-Sábado

No, no acudimos el viernes por falta de motivación. Y parece que no fuimos los únicos porque fue una jornada floja. Así que cual vampiros, asistimos el sábado con los últimos coletazos del Sol (lo que nos hizo perdernos las aparentemente interesantes mesas de debate organizadas para las primeras horas) . El paisaje industrial del recinto tiene su encanto y la disposición de los escenarios principales parecía la correcta, siendo más grande el MBC y algo más reducido el Barceló. Eso sí, desde el primer momento sabías que no ibas a tener agobios por ningún lado. Según la organización acudieron un total de 12.000 personas en los tres días del festival. El día fuerte fue el sábado y posiblemente en los conciertos de The Horrors y Future Islands fueron los puntos álgidos y en ningún momento pensabas que la capacidad estuviera por encima del 70%. La media de edad era inusualmente alta lo que en cierto sentido suele dar buen rollo y ninguna tensión ni malas caras ni modales.

Tras un reconocimiento del recinto con su zona de prensa, zona VIP, encuentros con colegas de profesión, amistades varias y todo ese tipo de protocolos donde te pones y te ponen al día de las movidas del mundillo, la primera actuación de facto que pudimos disfrutar en todo su esplendor fueron la de los americanos Future Islands. Sí, ese grupo de Indie que no le tiene miedo a los sintetizadores, que publica en el prestigioso sello 4AD que conocían cuatro entendidos en la materia y que gracias a su actuación en el Show de David Letterman su fama y exposición se ha multiplicado a niveles insospechados. Concierto energético como pocos con Samuel T. Herring como cantante y frontmant ganándose el pan con sus voces guturales, sus movimientos espasmódicos, sus golpes en el pecho y su sentimiento y dramatización en el escenario. Como he podido leer por ahí, es un cruce entre Morrisey y Jack Black. Carisma y fuerza escénica. Todos saltando y vibrando. Lo dicho anteriormente: lo mejor.

Lo que vino a continuación fue un derroche de pop electrónico luminoso de los británicos Wild Beast y un rock buen rollista de los suecos The Royal Concept. Y en cada nuevo cambio de escenario, fuga de gente. Nos quedábamos los más nocturnos y hacía acto de presencia la primera Dj de la noche: Ley DJ.

Con esta artista que ha hecho carrera en la zona levantina con La3 como si fuera prácticamente su casa, me vinieron a la cabeza mil doscientos millones de preguntas sobre la profesión en esto de mezclar discos. ¿Has de pinchar para contentar al público dándoselo todo masticado, antes que ofrecer algo nuevo y se puedan atragantar? Qué impera más ¿tener una buena técnica y meter temas trillados o ser aseado en función de una selección cuidada y rebuscada? ¿Es necesario saltar como los canguros y mostrar alegría desaforada SIEMPRE como si fuera el último track que vas a pinchar en tu vida? ¿La figura del Dj es la de un mero enterteiment o alguien que debe (hacer el amago de) culturizar en base a su conocimiento discográfico? En resumen, sesión verbenera como pocas, cosa que al público no le importaba en absoluto porque, en honor a la verdad, se lo estaban gozando: conocían todo el repertorio. Tan obvia y efectista que el que utilizara el Shazam! para encontrar algún tema debería haber nacido ayer.

Los que también fueron muy sobreactuados, al menos sobre el escenario, fueron los Mumbai Science, bueno en concreto uno de ellos. Es lo que tiene que haya cuatro manos para manejar un knob; te aburres y has de hacer el canelo mientras te bebes tu ron-cola de tres tragos. Una pareja belga que musicalmente fueron muy marchosos y que curiosamente, y contra todo pronóstico, tenían más feeling cuando se embarraban en temas Techno que cuando volvían a su zona de confort a base de electro a la europea. Algo flojos pero no desentonaron y repartieron fiesta, que era los muchos necesitábamos.

El que supo navegar muy bien entre dos aguas mezclando tracks con regusto comercial y hasta edemero con cosas de Deetron o Tiga fue Alex Metric. Sinceramente, no compro su discurso musical pero el tipo, que se podría acomodar yendo a lo mainstream y aquí paz y después gloria, se atrevía a meter producciones que pueden verse en charts de artistas undergrounds de pro. Se agradece que al menos intente enseñar esa música.

Con poco más de 500 personas llego el frenesí drum&bass de Wilkinson. La noche refrescaba y se levanto una buena polvareda con sus ritmos frenéticos y con un MC jaleando al personal. Llama poderosamente la atención como las mujeres fueron las más activas en esta actuación, especialmente una chica que lo dio todo en primera fila con unos pasos de baile que lucían tanto como la propia música.

Con tanta energía, el estoque final para la espantada general del festival fue que wAFF y su Deep-House de la factoría Hot Creations se encargara de cerrar. Fallo gordo en la programación. Mató los ánimos y los poco más de 300 personas que quedaban se iban batiendo en retirada progresivamente.

-Domingo

Y llegábamos al último día del MBC. Una jornada que se presentaba complicada por la combinación del propio factor cansancio con el que se llega al final de los festivales, con el hecho de que era domingo y también de que no era verano (y unas nubes amenazantes se desplazaban por encima de los escenarios). Estos factores, sumados a cada uno de los individuales, hicieron mella en la afluencia de público, repercutiendo negativamente en el ambiente del festival.

Cuando llegamos al recinto, lo que vimos distaba bastante del concepto festival. Menos mal que faltaba poco para que la cosa empezara a animarse. Estaba claro que La Roux era uno de los platos fuertes de la noche, un indie pegadizo y bailongo con el que casi todos nos sentimos cómodos. Un directo sublime y elegante, a pesar de los problemas vocales que sufría Elly Jackson, hicieron que consideremos su actuación como una de las mejores del festival. Una pena que la lluvia apareciera para poner fin al concierto.

Le siguieron a la Roux los sets de Dj Coco y Ochoymedio Djs en el escenario Barceló, interrumpidos por el show de Sigma en el escenario principal. Mientras que Coco y los de Madrid nos “deleitaron” con las típicas sesiones indies (con los mismos hits desde aC aprox), Sigma nos ofreció el típico drum and bass con animación del que no soy muy devota. Supongo (por lo que pude oír) que para los amantes de este estilo fue una buena actuación.

Después de los Ochoymedio, tocaba volver a cambiar al escenario MBC (no more solapamientos) para ver a 2manydjs, quienes convirtieron lo que en principio fue un set ordenado e inteligente en la elección de tracks, en una mezcla sucia y descoordinada que nos obligó a desplazarnos a la siempre desierta zona de puestos de comida (punto positivo no tener que hacer cola para nada en el festival, ni siquiera en los baños).

Se cerraba así el escenario MBC, para trasladarnos hasta el final al Barceló, donde vivimos otra de las mejores actuaciones del festival de las manos de Edu Imbernon. Un set del nivel al que nos tiene acostumbrados en las fiestas Fayer al que siguió el debut en un festival de Qwert, dj valenciana de reciente nacimiento que se marcó un set acertado y muy motivador para el público. La actuación de Gonçalo arrancó prometedora, pero nuestros cuerpos nos pedían a gritos posición de decúbito y abandonamos el recinto cansados, pero a la vez con ganas de más.

Así pues lo que nos deja esta edición de MBC Fest es que debe encontrar su camino y definirse de cara a la ya confirmada segunda edición ¿es un festival indie? ¿es electrónico? ¿qué tipo de electrónica quieres mostrar? Esperábamos una suerte de SOS 4.8 con mayor protagonismo electrónico serio pero le ha faltado más arrojo y riesgo. Sabemos que su apuesta va para largo y esperamos de corazón que la próxima edición nos deje más satisfechos. El futuro puede ser prometedor y está en sus manos.

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Crónica conjunta por Sergio Bifeis y Ester Galiana

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