Los beats oscuros y los embrujos a vinilo en Atenas. Por Alba Nogueira
La tríada de productores, DJs y promotores griegos, dueños del sello Analogue,
compuesta por A.Metz, Jerm y Mr.M inició el pasado 13 de octubre su nueva
temporada en uno de los clubs referentes de la noche helena. La llevaron a cabo de
una manera muy especial: con un b2b2b entre ellos y un invitado a la altura del
momento como fue Sunil Sharpe.
Viernes 13. En la mayoría de las culturas occidentales es considerado como un día de
mala suerte. Sin embargo, y lejos también de parecerse a la película de Sean S.
Cunningham, lo que nuestros cuerpos -ávidos siempre de un buen sarao- vivieron
aquella jornada fue cuanto menos bienaventurado.
Aún no es que me oriente sumamente bien en Atenas, mas el encanto que cobija six
d.o.g.s es algo hechizante, suficiente para saber por dónde ir para encontrarse con él.
Por lo que una vez en la plaza de Monasteraki -una de las zonas más famosas,
céntricas y transitadas de toda la ciudad- como embelesados por la atracción lunar que
se presentaba nos dispusimos con intuición a cruzar calles hasta dar con la correcta,
Avramiotou -y que a penas tardó en llegar.- Estrecha e inadvertida,
inconscientemente alienta a adentrarse en su halo misterioso.
Ya de primeras, lo que llama la atención es la luz emanada de las letras grandes en la fachada del club y que portan su nombre. También lo hace la decoración del exterior, la cual incita aún más a disfrutar de un rato agradable, charlando o tomando algo en las mesas dispuestas fuera. Cabe señalar que por la mañana funciona de bar/cafetería con un estilo impresionante. Por lo que su magia se expande con totalidad 24/7.
Nos pusimos en la cola y rápidamente nos plasmaron el sello. Aquella noche el precio de la entrada eran 8 euros. Una cantidad asequible y razonable si la comparamos con las de España. Una vez cruzamos la puerta no solo se nos había quedado marcada una A -el símbolo de Analogue- en nuestras muñecas. También lo hizo el sonido y la calidad del mismo en nuestras mentes, la personalidad y la estructura de la sala en nuestras memorias. Pero sobre todo, la música y las ganas que estaban perpetuando los anfitriones de la velada en el público, gracias a ella. Ese amor por lo que haces y para quien lo haces no lo albergan todos los artistas. Sin embargo, en ellos es algo notorio y evidente. Por algo son un sello con gran trayectoria. Una agrupación de melómanos trabajadores y polivalentes, con grandes ideas que han ayudado –y continúan en ello- a consolidar una escena cada vez más fuerte en Grecia. No solo como DJs, también como promotores.
Aquel viernes en su faceta como escultores de lo excéntrico y penetrante, nos condujeron por una travesía sonora de matices opacos y refulgentes beats. De sombrías melodías con bajos magnéticos. De tracks frescos con ritmos suculentos como el Deep Mind de Matrixxman o el hipnótico y estimulante '2nd Limit' de Cleric con esa vocal que dicta: Let the beat control your body. Y eso hicimos.
Cuatro horas que corrieron como la pólvora y en las que con su característico b2b2b –el cual no lo hacen muy a menudo- sedujeron a un público que no tardó en entrar en situación. Dejándose llevar por la humildad y elocuencia con la que viven el momento de regalarnos instantes inolvidables, como por ejemplo: a través de tracks de corte noventero y analógico como 'Marauder' del australiano DJ HCM. Un tema que solo expira buena vibraciones. No obstante, también hubo cabida para el techno más adictivo y envuelto en síntes que juegan con la mente y trascienden más allá de movimientos con el cuerpo, como el track del francés Shlomo: 'Burned Hand'. Sin apenas darme cuenta el tiempo pasó, eran alrededor de las cuatro de la madrugada y Jerm, Mr.M y A.Metz le cedieron el relevo al invitado, Sunil Sharpe. Quien tenía la comisión de inaugurar una primera temporada cargada de sorpresas. Y la cumplió con matrícula.
Lo cierto es que nada malo puedo pronunciar de aquella primera toma de contacto con la esencia Analogue. Por el contrario, para el de Dublín no era la primera vez, el irlandés ya había deleitado los oídos de los technofilos griegos con su buen gusto musical y esta ocasión no fue menos. Nos encandiló a todos con su tacto y soltura con los vinilos y continuó de manera extraordinaria, durante cuatro horas, el viaje que a las doce se había iniciado. Con una pista que echaba humo, contaba además con los visuales atrayentes e hipnóticos del enigmático dúo OKOK, que ponían la guinda al pastel. Donde predominaron las figuras geométricas, las transmisiones estelares y los colores blanco y negro. Sin duda alguna jugaron un papel muy importante. Cincelaron a la perfección el éter generado en la sala.
Aunque en alguna breve ocasión realizó algún cambio brusco, la trascendentalidad con
la que combina las distintas texturas electrónicas estuvo presente de principio a fin.
Como también ese aurea tenebrosa, ecléctica pero sugerente que acompañaba a cada
tema con el que se fusionaba intrínsecamente. Algunos recientes como el remix que
hicieron Perc & Truss del tema de Mumdamce & Logos, 'Hall Of Mirrors'. O el de
Truncate del track de DJ 3000, 'Take Me Away'.
Una de las cosas por las que ya nos gustaba Sunil Sharpe es por su excelente selección de temas -cuanto menos variopintos unos de otros.- Por eso nos enamoró por completo cuando se puso una joyita del 2001 como es el 'Feel The Base' de Wilko. Por otro lado, el acid también tuvo su momento en una noche que tuvo todos los ingredientes para ser un comienzo de temporada digno de lo que se avecina con Analogue. Volvimos a casa un poco antes de que finalizase, y lo hicimos con la
sensación de: no creer en las supersticiones. Aquel viernes 13 fue un viernes 13 para el recuerdo. Gracias a él, lo que sacamos en claro es que hay una sólida escena que acoge un buen plantel de artistas, de los que nos iremos alimentando hasta volver a España.
Asimismo, dar las gracias a los chicos de Analogue por su trato y su tiempo. Ya esperamos con ansias la siguiente. ¡Nos vemos en la pista!
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Fotos: Αλέξανδρος
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