Por David Santamaría
Las luces se apagaron, los asistentes se acomodaron en lo que recreaba el salón de una casa y, entre el silencio, apareció Pan Daijing como una asistente más en la oscura caja creada en La Casa Encendida. Tras triunfar con sus instalaciones y performances en festivales de corte mas experimental como CTM, Sónar o Atonal, era el turno de los amantes de los sonidos más radicales en Madrid de disfrutar de las piezas de esta prometedora artista multidisciplinar dentro del marco de la cuarta edición del festival She Makes Noise.
Lo que en pocos minutos se transformaría en una explosión de fuerza, terror y debilidad al mismo tiempo, empezó con una pequeña charla entre la artista y el publico allí presente. La performer, consciente de la dureza del contenido de sus obras ofreció un breve manual sobre qué hacer y qué no hacer durante el espectáculo, lo cual se agradece. A continuación se puso su máscara y el vasto y escasamente iluminado espacio se lleno de una fusión de noise, industrial y techno al estilo de su primer EP A Satin Sight.
Con unos primeros compases muy en la línea de estandartes del genero como Puce Mary o Prurient, la artista demostró desenvolverse con facilidad en la combinación de elementos vocales micro en mano con ráfagas de pura potencia que emanaban de su cacharrería. Una curiosa contraposición de una voz ensoñadora con un maremagnum de ruidismo y oscuridad. Conforme el espectáculo se desarrollaba la atmósfera de tensión creada se fue diluyendo en composiciones de ritmos más estructurados y encasillados en el techno.
No había transcurrido ni una hora cuando el desenlace se abalanzó sobre nosotros con un par de piezas de bajo contenido electrónico y una gran carga estética descubriendo de nuevo su rostro en la que se permitió la licencia de introducir en la performance elementos de la danza y la ópera. Con esa demostración de fragilidad final con susurros y juego de silencios, la artista se desvaneció entre la oscuridad que ella misma se había encargado de crear.
Como suele ser habitual en este tipo de espectáculos experimentales las opiniones al final fueron encontradas. A unos les caló la sensibilidad y sobria puesta en escena de la artista oriental mientras que a otros les faltó más fuerza en la performance. Apúntenme en el primer grupo.
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