Por Alba Nogueira
Filántropo y misántropo, en las entrañas de Jonas Ronneberg
El personaje social, sus apariencias y sus pensamientos al respecto
Cuando pensamos en la electrónica que está germinando en Europa, rápidamente en nuestras
cabezas se posa la idea de Berlín, Amsterdam o Londres, entre alguna que otra metrópoli más.
Es cierto, sus escenas clubbing son cuanto menos envidiables, aunque poco a poco en nuestra
península todo va tomando un color mucho más vanguardista, sin olvidar sus raíces, recubierto
de ese afán de superación, abierto a las nuevas corrientes o sonidos que vienen de fuera, y por
supuesto, a aquellos que con esfuerzo cosechamos dentro de nuestras fronteras. Aunque bien
sepamos que la música, en todas sus vertientes, colores, formas y texturas, no entiende de
estas.
Sin embargo, rara vez posamos nuestro interés sobre el norte del continente. La parte
escandinava representada por países como Suecia tienen mucho que contribuir y por ende
enseñar así, al panorama actual. Aunque para muchos, pensar en ella es asociarla al techno de
Adam Beyer o, en otros tiempos y otros géneros, al mainstream de Swedish House Mafia. Mas,
las cosas cambian, y es de agradecer que lo hagan, si toman la idiosincrasia y esencia de sellos
tan representativos de aquellos lares, como lo es Northern Electronics, sútil y refinado, este
label capitaneado por Anthony Linell aka Abdulla Rashim y co-comandado por Varg, uno de sus
máximos exponentes, proyecta un enfoque singular y atractivo que va más allá de los puristas
tecnológicos, alimentándose del techno experimental al mismo tiempo que tradicional. Enpalabras de su capitán principal: "Es muy difícil traducirlo en vocablos, se trata de una emoción o una idea. Puedo escucharla al instante. Todos podemos".
Aunque de quien hoy vengamos a hablar sea del lobo de Varg, pues eso es lo que significa su
nombre en sueco. Y lo cierto es que le viene al pelo, ya que el artista de múltiples facetas, akas
y proyectos es, sin duda, todo un experto cazador de sonidos. Como los lobos, es un gran
comunicador, ya que se expresa con el tacto, el contacto visual, los movimientos del cuerpo y
sus diversas expresiones vocales. Además de que, para la cultura nórdica, simbolizan la
victoria. Aunque este tipo de animal abunde en el país escandinavo -Suecia tuvo en su día
lobos por todo el país y todavía podría ser así, puesto que hay mucho bosque y ecosistemas
aptos para ello, dice David Nieto Maceín, etólogo y experto en lobos- artistas como él hay muy
pocos.
No es por tirarle flores, o al menos no en vano y por mero piropeo banal. Todo lo contrario,
Jonas Rönnberg aka Varg, se ha ganado a pulso la posición de la que goza actualmente en la
industria y, por ende, todos los elogios y reconocimientos que se le puedan propiciar a su
carrera, cuanto menos fructíferamente gradual. Sin embargo, todo ese éxito no es más que el
fruto cosechado durante todo este tipo, en el que evidentemente incide de manera especial
toda la historia, personalidad y anécdotas que giran en torno a este niño de la naturaleza, en
un cuerpo de hombre, que creció en Ursviken, una pequeña ciudad a las afueras de la ciudad
de Skellefteå, -cuyo nombre viene a decir más o menos: "traicionado hasta la médula"- y que el mismo se autodefine como ‘joven extraño.’ Pero…¿por qué?
Varg, del graffiti a la depresión. La música como salvación.
Lo cierto es que con Jonas Rönnberg me ha sucedido algo bastante sugerente. Y es que, cuanto
más he ido leyendo e investigando sobre él, más se incrementaba mi sed de curiosidad. Con esto no quiero decir que algo de este calibre sea inusual, sino que cuanto más me parecía
conocer, más en mí se abría el desconocimiento de este ser, pero con el férreo objetivo de al
final, averiguar qué es lo que ha llevado a este artista a estar donde está. A qué se esconde
tras el sentimiento a veces profundo y mental, otros caústico y afilado, de la música –sin duda
inteligente- que Varg es capaz de crear.
Amante del graffiti e influenciado por toda la tradición vehemente del hip-hop sueco, su
adolescencia se tiñe de un vandalismo no muy notorio, pero si lo suficientemente decisivo
para el carácter que le conforma. Fue profesor, de hecho, confesó en una entrevista para VICE
haber visto a exalumnos suyos vender drogas en una rave donde estaba actuando. Aunque sin
duda, hay ciertos hechos y momentos a lo largo de su existencia, que le han marcado por
encima de otros.
Algunos como ver morir atropellado a uno de sus mejores amigos por un tren, mientras
escapaban de la policía por estar pintando. O el sentirse acomplejado por su físico desde niño.
Algo que intentó resolver y no consiguió, hasta que llegó la música a su vida y ese ‘sueño
estereotipado’ de la infancia desapareció. Todo sucedió cuando conoció a Anthony Linell aka
Abdulla Rashim en una rave en Estocolmo. Al día siguiente de aquello, una obsesión imparable
por hacer música anidó en todas sus incertidumbres de chaval adolescente, disipándolas y
sentando las bases de su genialidad cuadriculada pero trascendental. Tomó quizá, la que fue
una de las mejores decisiones de su vida. Pero los problemas lo encontraron de nuevo.
En el editorial que le hicieron hace no mucho en RA contó: "Una noche, me dirigía a mi casa
desde un espectáculo. Un grupo de muchachos me siguieron hasta el metro y me robaron. Uno
de ellos sostuvo un cuchillo en mi estómago, mientras otro revisaba mi mochila y un tercero me
miraba fijamente. Cuando terminaron me tiraron a las vías del tren."
Aquello le tuvo encerrado mucho tiempo, el trauma causado le paralizó de miedo en su cama
durante semanas. No obstante, empezó a hacer música desde allí. Dos años después cofundó
Northern Electronics y lanzó su primer cassette, Misantropen.
Desde entonces, Rönnberg ha luchado para equilibrar su vida como músico con los traumas de
su vida anterior. A parte de la ansiedad y la depresión, que ha confesado en varias ocasiones
haber tenido, la electrónica le salvó de sus demonios internos. Aquellos que en más de una
ocasión le llevaron al intento de suicidio.
"He estado en la línea directa de suicidio un millón de veces. Llamé a los psiquiatras de
emergencia para por lo menos hablar con alguien. Este año dos de mis amigos se suicidaron. Lo
que me ha estado destruyendo. Y ha sido así toda mi vida: gente muriendo, gente
desapareciendo. Por drogas y suicidio o lo que sea. Últimamente ha sido mucho peor. Mi viejo
mejor amigo, una de las últimas personas de la vieja pandilla, se ahorcó en febrero. Eso fue
devastador. Cancelé un programa en México porque estaba completamente jodido. Estuve
llorando en la cama durante unas tres semanas." Duras palabaras que declaró en RA el pasado agosto.
Las múltiples caras de un mismo poliedro sónico, complejo, experimental y penetrante
Suerte por tanto que la música apareciese en su vida, pero como también lo ha sido que sus
trabajos aparezcan en la nuestra. Porque si hay una cosa clara, aparte de que Varg está en
constante trabajo y movimiento, es que cada uno de sus lanzamientos gozan de una vida
distinta al anterior. Son el acopio de historias, sentimientos, e ideas de un chico que trata de
superarse y luchar constantemente contra la paranoia, el vicio o la muerte.
Es un productor polifacético que cuando entra en escena te muestra ese toque al margen de la
ley que le caracteriza, pero también, esas ideas autoasertivas con una agilidad y profundidad
de enfoque, que rara vez se convocan de manera instintiva. Además de ser el lobo de Northen
Electronics, es también parte del trío The Empire Line, conformado por Christian Stadsgaard e
Isak Hansen, aunque prefiera renegar silenciosamente de esta faceta más asociada al techno.
Aunque donde más energía y horas esté poniendo, es en el proyecto que lleva con su pareja
Melina Åkerman Kvie aka Anna Melina y de nombre Flora. Goza de un espíritu más cercano al
synth pop, con toques trap y melodías contemporáneas, que mecen a vocales dulces y
penetrantes. Como su último y reciente track, Drowing Eyes, parte del trabajo que verá la luz el
próximo 9 de abril y que desciende de la idea de publicar algo mensualmente que decidieron
llevar a cabo.
En cuanto a la música que escucha y, por tanto, que en cierto modo le influencia, es bastante
variopinta, y así lo deja patente en sus colaboraciones o sus releases. Se inspiró en el rapero
americano Drake para uno de sus temas, y son varias las ocasiones en las que ha requerido de
artistas o grupos de géneros totalmente distintos a lo que él hace. Sus álbumes tienden a
contener apariciones de invitados más cercanos al rap. Gore-Tex City, por ejemplo, contó con
Yung Lean, un rapero de la banda sueca Sad Boys. Confiesa que le gustan ciertos grupos de pop
y que escucha bastante trap, en comparación con música más enfocada a la pista de baile. Esto
se refleja en su imagen general, desde su toque arrogante hasta su punto débil para las marcas
de diseñadores de moda, o en la estética visual de su música. La obra de arte de los discos
de Nordic Flora, los cuales tuvieron una acogida increíble y la crítica fue cuanto menos
justamente benevolente con él, fue realizada por Cali Thornhill Dewitt, el famoso diseñador
detrás de Life Of Pablo de Kanye West.
Y es que, no es baladí que espiritualmente, el lobo sea considerado como precursor de nuevas
ideas, aquel que siempre retorna a su jauría para enseñar y compartir los conocimientos
adquiridos, a través de su meticulosa observación y comprensión. Ya que Rönnberg es una
mina de creatividad generosa y valiosa.
Por otro lado, cabe resaltar también sus obras auditivas y maestras en el sello danés Posh
Isolation, donde acaba de sacar Evanescence (A Love Letter). En ella presenta un absorbente
ejercicio de audio lúdico y hábil a lo largo de 10 pistas. Nuevamente está lleno de
colaboraciones diferentes entre sí, tanto vocalistas como productores. De hecho y en palabras
de RA: sentirse deprimido rara vez ha sonado tan atractivo.
O, por último, destacar su presencia en la formación Body Sculptures, y que gracias a sellos
como el arriba mencionado y compuesta por Loke Rahbek, Puce Mary y otras voces únicas en
la música electrónica europea de hoy, ofrecen la innovación del sonido más subjetivo y
visceral.
Dentro del estudio, a través de su cabeza
Como vemos, Varg ha demostrado una consistencia pocas veces vista frente a la
experimentación sombría del género, moldeando a su antojo techno ambiental y fúnebre.
Pero claro, nada de esto cobraría sentido si no demostrase su valía en el estudio, ya que Varg
solo actúa en formato live, esto pues requiere o bien, pasar muchas horas haciendo música y
nutriéndose de nueva, o ser un genio. Jonas Rönnberg es el claro ejemplo de que la
mezcolanza de ambas existe y es posible. Como también es un abanderado en demostrar que
no es necesario, aunque él lo tenga, poseer un set-up de última generación como quien dice, o
surtido de joyas imperecederas, para hacer buena música. Es más, nuevamente en aquella
entrevista de VICE confesó: "Jajaja, hacer buena música con un iPad es fácil si sabes cómo
operar synths comunes. ¿Qué es lo que les cuesta creer? Debo confesar que el Gore-Tex Cityes,
alrededor del 70%, música hecha en iPad. Las canciones con Yung Lean & AnnaMelina son
100% hechas con iPad, excepto por los vocales. La parte dos en las series "En Ros Röd Som
Blod" son en un 90% hechas con iPad y iPhone."
Bienvenidos al futuro, no necesitas un sistema Eurorack para hacer buena música. Descárgense
un par de buenas app en las tabletas de sus mamás. En especial ahora que empecé a usar
Ableton, jueguen con algunos ecualizadores y ya tendrán algo.
De hecho, en el Agains The Clock que realizó para los de FACT Magazine, en tan solo 10
minutos y sirviéndose de un sintetizador Moog, una 808, un gramófono ciego y su iPhone, dio
vida a un track con guiños a sus raíces, aunque el bien reniegue de pertenecer a una
comunidad o ser de algún sitio.
Filántropo y misántropo, en las entrañas de Jonas Ronneberg
No obstante, esa faceta suya de chico malo, antisistema y misántropo con todo aquello que le
rodea, pero eso sí, muy colega de sus colegas, acérrimo hater de la policía y de los racistas, se
desmonta y al mismo tiempo refuerza con un par de declaraciones de su novia en el Editorial
especial que le hizo RA donde confiesa: "Piensa mucho en otras personas y quiere algo bueno
para todos. Se enojaría conmigo por decirte esto, pero la segunda vez que grabamos juntos,
lloró delante de mí". Y las varias acciones tanto políticas como solidarias que ha llevado a cabo con ciertas causas. Algunas que ya comentamos como que te facilitaba un álbum suyo einédito si donaba a Save The Children por Yemen, y otras como el movimiento DJsforPalestine,
del que fue un defensor a ultranza.
El personaje social, sus apariencias y sus pensamientos al respecto
No obstante, Varg es consciente de que al final todos portamos una máscara o servimos un
personaje. Nuevamente para RA confesó: "Creo que todos tenemos eso, todos tenemos
personajes diferentes en nuestra persona. Queremos ser esta persona completa que encaja en
algún lugar del mundo, pero tenemos partes completamente diferentes de nosotros mismo".
Pero si hay una cosa que Rönnberg tiene clara, es que él vive ensimismado en la música y que
gana dinero para darse caprichos. Quizá es una definición esta cuanto menos insulsa, pero es
bastante representativa, al menos, de forma concisa. O lo que es lo mismo y con sus propias
palabras, e identificando a dos personas distintas dentro de sí: "Varg es un niño malo
juguetonamente nihilista que vierte Moët en una 808. Jonas es un "hombre gordo y malvado
del norte de Suecia".
Su imagen o, mejor dicho, lo que él ha considerado y deseado mostrar en las redes sociales
han tenido una repercusión más allá de la música y han generado un debate en torno, por
ejemplo, a que es y no underground. O, y peor aún, a criticarle a la ligera. Aunque él lo tiene
claro: su imagen pública es otra forma de contenido creativo, otra actuación. Al respecto de
esto alegó:
"¡Es arte! Tienes una audiencia allí, muy fácil de alcanzar, que está esperando que salga tu
mierda. Tienes este maldito espacio y tantos asistentes, que son tus seguidores, y puedes
mostrarles lo que quieres. Y lo que yo muestro me hace vender discos, y me hace tener shows.
Me convierte en un divertido hombre de internet. Y es entretenido. Varg es
entretenimiento."
Pero esto, a su vez, le conduce nuevamente a sus demonios internos, a dejar
de lado un detalle esencial de su vida y su carácter: la lucha, especialmente con su propia salud
mental. Es por ello que a medida que se ha convertido más en una figura pública, se siente
más responsable de mostrar su lado de sí mismo, de "aclararse". Ante esto alegó:
"Mi vida es jodidamente difícil, y sé que no soy la única que se siente así, luchando contra la
depresión, luchando contra esta mierda. Así que últimamente sentí que es absurdo no hablar
de ese lado de mi vida. Porque se lo debo a la gente."
Otro de sus continuos entresijos mentales acarrea la idea de su repudio a pies juntillas del
techno actual. Ahí es donde Rönnberg desempeña un papel que le es familiar desde la infancia:
el inadaptado extravagante, sacudiendo lo que ve como una escena increíblemente aburrida,
haciendo amigos y enemigos en el camino.
Por declaraciones como: "Solo porque está en un almacén, bailando a un ritmo de 130 BPM, eso
no lo hace underground. El hecho es que el club hace millones, tiene un perfil en todo el mundo,
eso no es underground. Que reserve un DJ con un verdadero piloto, pidiendo mierda, eso no es
underground". Nuevamente lo tiene claro y describe su relación con la escena techno como una
gran estrategia. Es por ello que prefiere reservarse en la mayoría de ocasiones su opinión
sobre el panorama actual y sobre su concepción de la escena.
De algún u otro modo, lo que ha quedado claro es que originalidad no le falta y que todo lo
que se está ganando ha sido a base de esfuerzo y sin duda, superación, con todas las letras y
todo lo que eso conlleva. Además, por la capi estamos de suerte ya que, como os
comentamos, actúa este sábado 9 de marzo en la decimoquinta noche de *Aterisco. Y seguro
que viene dispuesto a alzarnos en esas plataformas estéticas, con síntesis de alta definición
que tocan los instintos del oyente.
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