La siberiana en modo vocalista como en el salón de su casa
Nina Kraviz sorprendió a propios y extraños, tanto bien como para mal, en su comentada actuación en Coachella en la que la siberiana aparcó los platos y su techno frenético para desarrollar un directo con una arriesgada apuesta artística que no cuajó del todo y que para muchos se quedó en pura pose. En esa actuación Kraviz proponía una performance basada más en su voz -hay que recordar que la rusa siempre ha sacado partido a su voz a nivel de producción tanto cuando formaba parte de MySpaceRocket como en la actualidad- en un escenario decorado como si fuera el salon de su casa, sofás y sillones incluídos, mezclándose con un par de sintetizadores. Todo ello acompañado con unos visuales y vídeos pregrabados. Un espectáculo con más hechuras de concierto en el que los movimientos y bailes de Kraviz también tenían su importancia tanto como sus intervenciones al micro, que curiosamente fue de lo más críticado.
Ahora podemos ver la actuación al completo, en el que creemos que es la vertiente que Kraviz debería explotar como artista, puliendo la propuesta del directo propiamente dicho y no tanta performance. La idea no está nada mal y la siberiana tiene material para llevar y ejecutar esta propuesta de concierto.
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