El vasco sorprende con su faceta art-rock en su nuevo álbum para El Segell
El nihilismo existencial parte del hecho que la vida carece de significado objetivo, propósito, o un determinado valor intrínseco. Ser consciente de una realidad así puede dar cabida a una personalidad que no se somete a nadie, a ningún tipo de poder, ni doctrina o autoridad. Libertad absoluta en la que cada cual marca sus propias reglas y las cambia cuando le plazca si cree necesario que debe hacerlo. Si aplicamos esto a al arte, el nihilismo no es más que pura liberación, donde diversos factores (talento, experiencia, conocimiento, trabajo etc) convergen en la creatividad y sensibilidad que puede ofrecer una obra con un carácter muy marcado y determinado que la dota de personalidad propia e impronta de autor. Y básicamente eso es lo que nos encontramos con el excelente trabajo, uno más, del músico y compositor guerniqués (lo de dj y productor ya se le ha quedado muy corto), Aitor Etxebarría llamado Nihilims Part 1 que ha publicado a través del sello barcelonés El Segell.
Estamos ante el cuarto trabajo de larga duración del vasco tras dos LP's bajo su pseudónimo El_Txef_A (Slow Dancing in a Burning Room de 2012 y We Walked Home Together de 2014) y la banda sonora del documental Markak de 2017 ya firmada con su verdadero nombre, y en cierta medida en la evolución de un camino que comenzaba a vislumbrarse en su segundo álbum donde la electrónica puramente de baile era una faceta que comenzaba a desvanecerse en su discurso (no es casualidad que algunas de las composiciones de Nihilism Part 1 tuvieran su germen en ese año) y que con Markak fue el definitivo giro de 180 grados, eso sí, con un marco más límitado al ser una obra pensada para complementar a otra; que nos lleva a su momento artístico.
Ahora Etxebarría se presenta sin ningún tipo de corsé que le ate a ningún género o estilo a través de los nueve cortes que componen un disco en el que predomina la música instrumental tradicional conviviendo con sintetizadores que aún no han sido exiliados. El álbum por lo tanto cuesta definirlo per se aunque parece que la nomenclatura ideal es la de art-rock con matices electrónicos.
Lo realmente interesante de este Nihilism Part 1 es cómo juega con las expectativas del oyente por su gran capacidad camaleónica. Sí, es cierto que hay elementos comunes como esa inherente tensión y la melancolía perenne en prácticamente todos los temas del álbum, pero es la forma de presentar estas emocionantes historias sonoras expuestas de forma cruda y honesta lo que hace mantener la sensibilidad a flor de piel. Y para ello el vasco confía tanto en su talento intrínseco, es la primera vez que se anima a ser la voz principal de sus propias composiciones, como en la fuerza y las sinergías resultantes de la colaboración de terceros que le potencian comunicar su imaginario musical. Acompañado de sospechosos habituales de Etxebarría como su hermano Hibai y Hannot Mintegia, también se suman al proyecto los músicos Hasier Oleaga, Jatsu Argarate, Irene Prieto, Eñaut Zubizarreta y Amorante, además de contar con la voz de Elena Setién en la bella, sencilla y emotiva 'Little To Soon'.
Aitor Etxebarría como director de orquesta de un disco que expone conceptos tan interesantes como la importancia de el silencio y el vacío. A veces la ausencia de notas revela más de lo que parece para que sea nuestro cerebro el que rellene esos huecos, y dependiendo de lo que se alargue esa nada, somos nosotros los que nos creamos el suspense. En ese sentido Nihilism Part 1 se abre de forma magistral con la minimalista 'Vacant'. Piano y cuerdas para acabar con un susurreante canto que nos dice "There is space , inside you again, you are finally there, goodbye despair”. Todo un aviso para navegantes del estado del autor y lo que viene a continuación.
Y lo que viene después son los dos trayazos del disco donde aparecen las guitarras. Primero con 'Can't See No Body' que por momentos me recuerda a alguna lúgrube balada del Manson noventero (el que molaba), voz de Etxebarría incluída, cambiando el componente rock metalero por uno más jazz. Después con la salvaje y guitarrera 'Awakening To Archaic Values' que parece ideada para desmelenarse en los directos a base de improvisaciones.
El single 'Interpretations' transforma esa energía enfocándola con unos tintes mucho más melancólicos y cinemáticos, demostrando la faceta más cinematográfica del autor, para acto seguido dar ganarte con 'Little To Soon' el irresistible dueto que ofrece junto con Elena Setién. La versión alternativa de 'Etxean' vuelve a traer el post-rock a modo de interludio para después sorprender con la versión original donde el guerniqués se queda solo ante el peligro cantando una acunadora acapella en euskera. Si eso no es una demostración palpable de lo seguro y convencido de lo que está haciendo, entonces no sé lo que es la determinación.
La recta final queda para una pieza de jazz oscuro y drone con la canción 'Untitled' que da la impresión de haberse grabado de jam sesion y que uno no puede dejar de pensar en cine negro cuando la escucha. Emana celuloide en blanco y negro, huele a humo, sabe a whisky y se viste con gabardina y sombrero. El final llega con la extensa 'Eterno Retorno', sin lugar a dudas el tema más complejo y a buen seguro más trabajo del disco que nos adentra en un sendero de experimentación de neo-clasicismo. Arriesgando hasta el final.
Nihilism Part 1 es un aquí y ahora del que ni siquiera tendremos la certeza si habrá una segunda parte -y de haberla en un futuro seguramente nos econtraríamos con otra cosa-, pero que juega con el tiempo a su favor como disco maduro, personal y con suficiente enjundia y peso para aguantar el paso de los años como una pieza atemporal. Obra de arte sin erosión ni desgaste.
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