La australiana se estrena en el mítico sello inglés con Systems Up, Windows Down
En apenas dos años la australiana Teneil Throssell conocida como HAAi parece estar en todos los lados. Una semidesconocida para el público español que sin embargo no ha dejado de pinchar, solo en 2019, en clubs como Mondo Disko en Madrid o Nitsa en Barcelona o en festivales de la enjundia de Sónar, Mad Cool, Brunch In The City y Fort Festival. Para el mundo anglosajón, y británico en particular, es una figura que ya ha dejado de ser una revelación de cara al futuro. Esta dj y productora ya es presente. Sus fiestas Coconut Beats en el barrio londinense de Dalston le valieron para tener su propio espacio en Rinse FM y Worlwide FM además de ganarse una residencia durante dos años en el club Phonox de la capital inglesa donde reside desde hace tiempo. Al acabar su tiempo en esta residencia llegó el boom cuando su Essential Mix para BBC Radio 1 fue considerado el mejor de 2018. Palabras mayores que le han abierto todas las puertas habidas y por haber. En 2019 esta recogiendo los frutos de toda esta dinámica ascendente de otro caso de amor por la electrónica encontrado de la forma en la que lo solemos encontrar casi todos. Con una visita a un club.
En el caso de HAAi fue su primer vez en Berghain lo que le espoleó a iniciarse en el mundo del djing. Para ello desarrolló su lado más digger en una búsqueda de material predominantemente psicodélico sin importar procedencias y velocidades. Eso le ha hace ser toda una esponja que absorbe estilos y géneros para escupirlos con sorprendente efectividad y personalidad a una pista de baile. Como productora ya demostró en tan solo dos referencias en su propio sello Coconut Beats que lo mismo se puede desenvolver en el house cálido de esencia downtempo (Be Good EP, 2017) como en el techno y broken beat más exuberante (Motorik Voodoo Bush Doof Musik, 2018). Este último es el camino con el que más se le puede identificar cuando se pone a manejar una mesa de mezclas y es lo que le ha valido fichar por un sello legendario como Mute Records para entregar Systems Up, Windows Down su nuevo EP que se puso ayer a la venta.
Este trabajo, al que podríamos considerar un mini-LP porque se compone de seis tracks originales, se configura como una evolución más madura del sonido que desarrolló en su anterior EP y una forma de agradecer el buen momento profesional por el que pasa pensando en todo el público clubber y festivalero con el que ha disfrutado alrededor del mundo. Porque si hay algo que queda bien claro es que este lanzamiento va directo al corazón de la pista de baile contando con dos hits para soltarse la melena y evadirse a base de movimiento, sudor y felicidad. Todo ello con unos ingredientes que son tan efectivos como líneas de bajo grasientas y gordas, uso de ritmos rotos y percusiones afiladas y un montón de recursos, desde vocales tribales a imaginativas grabaciones de campo, para sorprender al público y al oyente, experimentando y perfilando cada vez mejor sus procesos de producción.
La primera sorpresa llega con el track que abre el EP, 'Don't Flatter Yourself Love', donde el gancho es la manipulación del sonido del motor del Mustang del 66 de su padrastro. De esta forma entrega una pieza a medio camino entre el techno y el breakbeat cargado de potencia por la constante acelaración. Ese espíritu tan british y ravero persiste en 'Stop Looking At Me Swan' en la que en esta ocasión da momentos de respiro con pausas melódicas (y ojo al sampleo de voces) en un tema que aguanta perfectamente el pulso y a la vez nos introduce en el mundo psicodélico de HAAi. Mucho más loco, intenso y duro es '6666', tan solo hay que incidir en que es una producción compuesta con miras a pincharlo en su actuación en el escenario Genesis de Glastonbury. Festival y barro lanzado a tu cara.
A continuación llegan lo que un servidor considera las joyas de este trabajo. Primero con 'CHONKIBOI', el que podría ser el hit sin problemas de este EP. Una canción con un bombo de los que golpean fuerte en el pecho acompasado de un juego constante de las voces de un canto tribal que lo hacen tremendamente dinámico para acto seguido meter sintes aniquiladores de los que no dejan prisioneros. Puro fuego. La gasolina viene a continuación porque ese elemento étnico también lo utiliza en 'It's Something We Can All Learn From' inspirada en un viaje a Marrakech. Un track en constante progresión que parece definir a la propia artista y todas sus influencias y personalidad, empieza muy sosegado para acabar siendo un terremoto rítmico.
Para finalizar presenta la producción que da título al trabajo. Un tema de 10 minutos de duración que resume a la perfección todo lo anterior. El colofón ideal para dejar en éxtasis a todos los que se regodean en las cápsulas de energía que entrega HAAi. Porque quizá ese sea el atributo que mejor la defina: ENERGÍA. Escuchen, disfruten y desmelénense.
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