Vídeo dirigido por Thomas Vanz del tema que abre Yearning for the Infinite
Yearning for the Infinite es el disco de Max Cooper publicado en su sello Mesh este mismo mes de noviembre que ha sido comisariado por el centro de artes escénicas londinense Barbican. Un proyecto muy especial para este artesano de la melodía y las texturas que ha sido configurado como una obra tanto sonora como visual basado en las tecnologías más emergentes y participando junto a artistas visuales que son los que acompañan y dan sentido a la música obteniendo la visión panorámica del conjunto que presenta Cooper. Nick Cobby, Cornus Ammonis, Morgan Beringer y Kevin McGloughlin han sido los que han puesto las imágenes a las composiciones del productor y ahora es Thomas Vanz el que se encarga de lo mismo con 'Let There Be' el track que abre este estudio sonoro sobre lo infinito.
Aquí el vídeo:
Ya ahora las turritas de los creadores. Primero con las palabras de Vanz:
"Para 'Let there Be', Max me pidió que pensara en las dos palabras clave "infinito" y "nacimiento de la humanidad". Todo vino de forma natural a este proceso en el que estaba trabajando, involucrando dos tipos de líquidos que se mezclan para siempre, progresivamente. Elijo representar la luz de la Cabalá de la que Max me habló una vez, combinando un blanco muy luminoso y perlado con un negro muy oscuro. Una vez que tuve una toma satisfactoria, agregué con Max una variedad de pinturas e ilustraciones neolíticas que se extendían desde el centro de donde provenían las luces. El resultado final representa una luz infinita rociando toda la oscuridad, como el nacimiento de la razón y la humanidad".
Y ahora agarraos los machos que llegan las explicaciones de Max Cooper. Muy interesantes pero que nos quitan todo el misterio de su música.
"Quería comenzar el proyecto con el primer ejemplo visual del infinito al que podía encontrar referencia: la brillante luz blanca de la Cábala. El mago de los sistemas líquidos, Thomas Vanz, me dijo que tenía una nueva receta secreta que podía darme lo que necesitaba. Así que me puse a anotar esta idea en base a lo que sé del trabajo de Thomas. Todo el proyecto funcionó de esta manera, comenzando con mis descripciones escritas de cada capítulo, y luego buscando un artista visual para llevar a cabo ese lado de las cosas. Mientras en paralelo componía la música hasta el resultado final imaginado: en algún momento de la línea llegaron los primeros bocetos visuales y musicales y las cosas se podían refinar en cada extremo para unir la música y lo visual a la perfección.
La música para este capítulo necesitaba algo con un sentimiento de grandeza y espacio, misterio y misticismo. Todo se redujo a unos acordes muy dispersos y muchas capas diferentes de saturación con pedales (un montón de Metasonix F1, Moogerfooger overdrive, Industrialelctric RM1N, Fairfield Circuitry Meet Maude, WMD Geiger Counter), con varios bombos de bombos más distorsionados, una reverberación de platillos más pesada (Big Sky) para recalcar aún más la escala.
Visualmente, complementamos la creciente animación de la luz de Thomas con imágenes antiguas de pinturas rupestres para vincular la abstracción visual con la historia humana y el nacimiento de nuestro anhelo por el infinito.
Para el show en vivo, utilizo dos capas de pantallas para mostrar primero la estructura flotando frente al escenario, luego para revelar lentamente la pantalla retroiluminada y mi posición entre ellas, como un medio para agregar lentamente un efecto de profundidad tridimensional como la música y picos visuales."
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