El mancuniano firma 1985 siendo la primera referencia del año del sello neoyorquino
Tom Harris conocido como Hidden Spheres publicó hace cinco años su primera referencia bajo este nombre y mejor no pudo hacerlo. Primero con 'The Bloos' en Moods & Grooves y poco después 'Waiting', que además inauguraba Distant Hawaii como subsello de Lobster Theremin, siendo todo un pelotazo dentro de la escena underground. Esto fue su pasaporte para seguir editando música en el sello de la langosta y en otras etiquetas del calado de Rhythm Section, Fruit Merchant y Church. El próximo 27 de marzo hay que anotar otro gran label a esta lista como es Scissor & Thread, la disquera comandada por Francis Harris desde Brooklyn y que se distingue por buscar siempre la elegancia en su catálogo.
Y a buena fé que Hidden Spheres cumple con los requisitos con el lanzamiento de 1985 EP, el primero del año del sello. Un trabajo majestuoso en el que el productor de Manchester se desata a lo largo de cinco temas originales impregnados de pura esencia jazz que derrocha a través de diferentes estilos donde combina el house, el broken beat y el ambient.
Su sonido cautivador lo presenta con 'King Tut' una pieza que no llega a los tres minutos y medio para poner tierra de por medio y mostrarnos que aquí estamos ante otra cosa. Un mediotiempo puramente jazzy rico en texturas que sirve como preludio perfecto para llegar a 'My names' una delicia UK jazz con ecos houseros que es un regalo para los oídos.
El artista no se olvida que su música suele estar dirigida a la pista de baile y que realizar temas efectivos no está regañado con mostrar clase y delicadeza. Prueba de ello es 'Karl' siendo un track housero lleno de profundidad y groove y con '1985' donde salta el Atlántico y bebe de forma poco disimulada de la influencia detroitiana más deep y con un punto emocional muy marcado con el uso de sonidos de cuerdas y vientos.
El EP se cierra con el magnífico 'Soon We’ll' donde el jazz se incrustra en terrenos ambient y los instrumentos como el piano, el saxo y las cuerdas construyen el tema más sentido y evocador. Abraza el jazz con sumo gusto y nos regala un trabajo delicioso.
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