Bruma, melancolía a flor de piel en Forbidden Colours

Electrónica intimista rica en texturas en Far From Me, el debut en largo del madrileño



El sello vasco Forbbiden Colours comandado por Aitor Etxebarría le da la alternativa al madrileño Pedro Portellano conocido como Bruma con la publicación hoy mismo de su álbum debut Far From Me. Estamos ante un trabajo compuesto por ocho cortes en los que este programador musical denota una sensibilidad extrema donde las influencias de artistas como Nicolas Jaar, James Blake, Arca, Thom Yorke o Floating Points, todos en su patrones más incisivos para el alma, son más que evidentes.

Far From Me es una obra electrónica muy sentida y tremendamente personal en la que los sonidos sintéticos son dolientes y sus suaves texturas nos sumergen en las emociones que el artista pretende transmitir; todo dentro de una narrativa sonora muy bien cohesionada. Bruma también se apoya en elementos vocales cantando tanto en inglés como en castellano para hacer más énfasis en la vorágine emocional que expresa y de la que nos hace partícipes desde el comienzo hasta el final.

Un discurso que fluye de forma orgánica en la que su propuesta se enriquece gracias a la participación de otros artistas como la diseñadora Rebeka Arce encargada de todo el artwork y el artista visual Luis Úrculo que ha realizado el vídeo del single ‘Come Closer’ que puedes ver a continuación.


El LP ha sido compuesto y grabado entre Berlín y Mallorca en un trabajo puntilloso desarrollado durante cuatro años. El álbum se presenta como un viaje interior y de descubrimiento personal como el propio Bruma reconoce. “Este disco representa un viaje de “alejamiento” de mí mismo -de la persona que era y todo aquello que no funcionaba en mi vida cuando decidí irme a Berlín para hacer lo que siempre habia querido hacer: música-, hasta la persona en que me convertí en ese proceso”, ha declarado el productor.

Si atendemos a canciones como ‘Lost in Thoughts’, ‘Heal’, ‘Todo lo que fui’ o ‘Altered States’ lo que nos encontramos es una pieza cargada de delicadeza donde se percibe mucha soledad y una búsqueda de amor sin lograr resultado. Una melancolía a flor de piel que incide en la pérdida y en lo que nos falta. Las cosas como son, es una hiper-sensibilidad muy bonita pero para nada recomendable escucharlo del tirón un viernes noche en esta situación de distanciamiento social en la que vivimos de recuerdos. Si le das al play para emocionarte, prepara los kleenex porque se te va a meter algo en el ojo.

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