Más de 55.000 personas se dieron cita en el desierto oscense dejando un impacto económico de 30 millones de Euros en la zona
Como he leído por Twitter, Monegros puede ser la mejor y a la vez la peor experiencia que uno puede tener en un festival. Su particular ubicación y los duros cambios climáticos que ofrece un desierto es lo que le hace un evento especial. Vas a gozar pero también vas a sufrir. A pesar del cuidado por los escenarios y el espectáculo no es que sea un festival cómodo, y si a eso le sumas su concepto de una intensa jornada de 20 horas, se puede convertir en una experiencia extrema. Su celebración el pasado sábado, tras ocho años de ausencia del circuito festivalero, ha batido todos los récords según las cifras que han hecho públicas la organización.
El primer gran dato es el rotundo éxito de asistencia con más de 55.000 personas que acudieron al desierto de Fraga.
Un Monegros Desert Festival que vuelve con un estilo renovado con un montaje espectacular jamás visto en nuestro país que le hicieron llegar al sold out de venta de entradas con mucha celeridad. Todo esto se tradujo en 125 artistas, 11 escenarios 3.000 trabajadores y 20 horas de fiesta continua con diversos estilos musicales. En esos escenarios destacan el Soundsystem Temple diseñado con materiales reutilizados, al avión Airbus 330 convertido en pista de baile, pasando por una cabina de dj en un antiguo tren de mercancías o la decoración lisérgica del escenario elRow, sin olvidar los espacios clásicos donde todo comenzó: el Open Air, El Pajar o, el rústico, El Corral. La imaginación al poder porque hasta había un escenario que simulaba una catedral. Todo ello con mucho color y creatividad.
Según las palabras de Juan y Cruz Arnau, CEO y Founders del encuentro: “En nombre de toda la familia Arnau, solo podemos decir, muchas gracias a todas las personas que han atendido a la llamada del desierto y han hecho posible que Monegros vuelva a brillar”. El festival ha tenido un impacto económico de 30 millones de Euros en la zona y hace que el festival esté más vivo que nunca.
En cuanto a lo musical y el espectáculo no leerás ni una mala palabra por ningún lado, más allá de gustos que puedan tener unos y otros, pero con 11 escenarios siempre hay alternativa en este homenaje al espíritu ravero más salvaje.
Sin embargo, en la redes sociales del propio festival el público está mostrando su desecanto con ciertos lunares que ha dejado la organización. Más allá de la suciedad de los baños y las eternas esperas en las barras, hubo una serie de deficiencias como el tema de los puntos de agua a todas luces insuficientes para tal cantidad de gente o los problemas y retrasos a la hora de salir del festival convirtiendo el retorno a casa en todo un caos.
Sí, a Monegros se va a sufrir y más o menos se tiene asumido; pero una de las decisiones que más ha escamado a muchos fue la prohibición del acceso al festival a primeras horas de la mañana sin aviso previo, lo que provocó cierto tumulto en la puerta. Muchos que fueron a descansar a sus coches para encarar el cierre con algo más de fuerzas, no se les permitió entrar sin aviso previo. Y eso, sin explicaciones mediante, se puede sentir como una tomadura de pelo tremenda cuando en ediciones anteriores se ha facilitado el acceso.
Quitando todo esto, el regreso de Monegros Desert Festival se considera un éxito a todas luces al ser uno de los festivales más esperados por parte del público más ravero.
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