Changing Channels de Pangaea, una celebración por y para el baile

El británico publica su segundo LP en Hessle Audio demostrando que está en plenitud de condiciones




Detrás de Pangaea se esconde Kevin McAuley que lleva una década y media a la vanguardia de la música electrónica de baile como tanto como productor como DJ. Su producciones siempre han tenido un cariz magnético donde lo familiar y lo futurista conviven en plena armonía. Y esto es lo que se extrae de su segundo disco titulado Changing Channels que ve la luz en Hessle Audio, el sello que fundó junto a Pearson Sound y Ben UFO. Este trabajo está compuesto por un total de siete producciones que recogen los postulados que hasta la fecha ha desarrollado el artista donde a través de la mezcla, a veces muy "basstarda", entre el techno y house -en la tradición más británica posible- consigue crear innovación. A través de la fusión, el choque y la cohesión llega la innovación y en esos terrenos es en los que quiere juegar un Pangaea que sigue la estela de sus últimos EPs. Hace música de club funcional pero no complaciente. Una celebración por y para el baile.

Aunque el nombre de este álbum sugiere una transición o cambio en la carrera del artista, en realidad lo que nos encontramos es una culminación de lo que ha ido desarrollando en los últimos años a través de sus trabajos tanto en Hessle como en su sello propio Hadal: temas asertivos en una evolución clara desde que publicará en 2016 In Drum Play, su primer LP. Un enfoque renovado que a su vez refina su propuesta donde la emoción y la diversión es el objetivo principal de unos temas ideados para dejarse llevar en un hedonismo palpitante. Sus adelantos previos como 'Installation', 'Hole Away' y 'Changing Channels' son tres bangers que podrían haber sido los temas del verano sin ningún tipo de problema.

La música de Pangaea está llena de amplias referencias a las culturas de la música dance del Reino Unido y, al mismo tiempo, ofrecen una mutación explosiva propia. Una energía extraña y contundente surge de su búsqueda de espacio entre sonidos y escenas, y estos caminos inexplorados continúan albergando nuevos descubrimientos que este artista sabe explotar. 

Ahí tenemos el caso de 'If' en lo que parece una visión sui generis con una vocal sugerente donde techno, UKG y hasta cierto toque melódico trancero casan sorprendentemente bien. Más exótico es 'The Slip' que ofrece un contraste más acelerado y festivo si cabe, mientras que en 'Squid' demuestra que que puede sacar todo el juego de la síntesis melódica y se da el gusto de cerrar con 'Bad Lines' aprovechando el empuje del hard-dance actual que vivimos pero sin pasarse de frenada. Una majestuosa mamarrachada para levantar el ánimo a cualquiera con los BPM's por los aires.

En definitiva, si no bailas con este álbum es que estás muerto por dentro. Recomendamos haceros con los dos vinilos que podéis encontrar en Bandcamp.

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