Electrónica orgánica e influencias folclóricas a nivel global representa el sonido de la anónima dupla gallega
Ya conocimos a Terrae con singles previos como ‘Sândalo’, ‘Hiedra’ y ‘Adumu’ y hoy ve la luz Medra, el primer álbum de este enigmático dúo gallego en el que proponen un viaje sonoro intercultural en busca de trascender fronteras. Su fórmula es hacerlo a través de una electrónica contemporánea en sinergia con sonidos ancestrales. Así podría definirse las líneas generales de un disco compuesto por 10 canciones que desarrollan un estilo distinguido con sonoridades localizadas en muy diferentes zonas del planeta en lo que es un ecléctico abrazo al baile.
En este viaje musical global no han dudado en contar con un elenco de extraordinarios y variopintos colaboradores (músicos, voces, letristas…) seleccionados a lo largo del mundo. Es el elemento clave para que aportan ricas, atávicas y exóticas capas de arte musical en la gran odisea sonora a la que nos incita una dupla parapetada detrás de máscaras tradicionales de Maceda.
Entre ellos encontramos nombres como El Naan como gran exponente del iberofolk patrio, Mû Mbana como el cantante, poeta y compositor guienano, Nastasia Zürcher, el grupo Mondra, Tania Caamaño y Andrés Boutureira que aportan más riqueza sonora al disco.
Medra es, en definitiva, un paso en el camino de la visión expansiva de Terrae entre la mística y la tradición. Desde influencias del sonido africano pasando por sonidos árabes, flamencos, eslavos, hindúes o del lejano oriente. Todo ello a través de una electrónica que juega con diferentes códigos como pueden ser el downtempo o el house. Un trabajo que rebosa imaginación y multiculturalidad entendida de manera transversal.
Canciones como ‘Sefarad’, 'Misterio', 'No', 'Cantade' y ‘Sadhguru’ dan fe de la riqueza y mestizaje por el que aboga esta formación.
Así suena:
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