Siempre hemos defendido desde este espacio el trabajo que hace Nina Kraviz con su sello трип descubriéndonos a talentos de su Rusia natal. Uno de ellos es Vladimir Dubyshkin que tras cinco EPs previos en la etiqueta, regresa con su primer trabajo doble demostrando que tiene una identidad sonora distinta que ha ido desarrollando a lo largo de los años. Un sonido que es un techno con ramificaciones y mutaciones bastardas pero tremendamente divertidas lo que le ha hecho tanto ganar una legión de seguidores como influir e inspirar a otros artistas desarrollando un sonido donde puede haber desde momentos ácidos a mentales pasando por desquiciadas mutaciones de neotrance o incluso el eurodance más petardo a la par que desacomplejado.
El Tambov sabe lo que es tener éxitos dentro del circuito underground como 'Lady of the Night', 'Ticket to Infancia' o 'Russian Porn Magazine', configurados como bangers alocados pero también con un punto hipnótico de un techno para curtir los pies. Su punto irónico es una baza con la que juega y desprende seriedad a su discurso, lo que le hace ser fresco y atractivo para que su música encaje a la perfección tanto en festivales multitudinarios como en clubs donde se condensa el sudor del público.
Y en esas entrega Ivanovo night luxe. Un doble EP en la que desparrama todo su talento y no se guarda nada a través de 10 tracks tan diferentes unos de otros pero todos igual de aprovechables. Es una coctelera musical inesperada que a veces puede rozar el surrealismo pero con un punto cautivador y siempre efectivo de cara a la pista de baile, que es a quién va dirigida su música tan transversal. Es capaz de llegar a todo tipo de público y ahí tiene su gran valor. Una bicoca para DJs que quieran utilizar este EP a diferentes horas de la noche gracias a su variedad y riqueza rítmica con la intensidad necesaria para calibrar los ánimos del público. Su música tiene un punch más allá que prefiera ponerse más oscuro, más mental o más eufórico.
Dubyshkin deleita con su integridad inquebrantable de hacer lo que le da la real gana y eso no tiene precio.
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Iluminar un recital es fundamental para crear una atmósfera cautivadora. Con juegos de luces dinámicos y colores vibrantes, se ambienta el escenario, añadiendo emoción y energía a la experiencia musical.